El Departamento de Justicia de los Estados Unidos presentó una recomendación antimonopolio que podría obligar a Google a desprenderse de su navegador Chrome, una medida que podría redefinir el panorama tecnológico global. Este proceso judicial, bajo la supervisión del juez federal Amit Mehta, surge tras la condena a Google por prácticas anticompetitivas en el ámbito de las búsquedas en internet.
El impacto para Google
Desde su lanzamiento en 2008, Chrome ha captado cerca del 70% del mercado global de navegadores, convirtiéndose en una pieza clave para el ecosistema de Google. Según Beth Egan, profesora de la Universidad de Syracuse, la venta de Chrome sería un golpe significativo, ya que el navegador no solo funciona como herramienta de búsqueda, sino que también proporciona datos esenciales para entrenar los algoritmos de la compañía y promover servicios como Google Maps.
A pesar de ello, los analistas creen que Google podría adaptarse. Egan recordó que situaciones similares, como las restricciones impuestas por Apple al uso de cookies en Safari, demostraron que las empresas tecnológicas encuentran maneras de superar los desafíos.
Valor y posibles compradores
Un análisis de Bloomberg estima que Chrome podría tener un valor de mercado de al menos 15,000 millones de dólares, considerando su base de más de 3,000 millones de usuarios. Sin embargo, Evelyn Mitchell-Wolf, analista de Emarketer, señaló que los posibles compradores son limitados debido al escrutinio antimonopolio que enfrentan las grandes empresas tecnológicas.
Una posible solución sería permitir la venta a un consorcio estadounidense con el objetivo de fomentar la innovación en inteligencia artificial (IA) y reforzar la posición tecnológica del país a nivel mundial.
Consecuencias para otros navegadores
Si Chrome cambia de propietario, los expertos coinciden en que su popularidad no disminuirá mientras mantenga su calidad e innovación. No obstante, el Departamento de Justicia argumenta que su dominio se debe, en parte, a que viene preinstalado como navegador predeterminado en muchos dispositivos.
En contraste, los analistas consideran improbable que los usuarios cambien de navegador, ya que las decisiones de búsqueda suelen basarse más en la conveniencia que en factores como la competencia en el mercado.
Obstáculos políticos y legales
El caso contra Google enfrenta desafíos no solo legales, sino también políticos. El expresidente Donald Trump, cuya influencia en la administración entrante sigue siendo incierta, ha expresado opiniones contradictorias sobre el tema. Por un lado, considera que desmantelar Google podría perjudicar los intereses estadounidenses frente a China. Por otro, ha acusado a la empresa de sesgo contra contenidos conservadores.
Estas dinámicas políticas, sumadas al escepticismo de los analistas respecto a la viabilidad de las medidas extremas sugeridas, podrían influir en el fallo del juez Mehta y en el futuro de Chrome.