“Juntos, hombres y mujeres, somos el equipo que construye la vida”.
El pasado 19 de noviembre celebramos el Día Internacional del Hombre, una fecha que a veces pasa desapercibida, quizá porque no incluye chocolates ni flores, pero que es vital para recordarnos que los hombres también merecen ser celebrados, apoyados y entendidos. En un momento donde el papel de la mujer está en plena expansión y transformación, es tiempo de reflexionar sobre la crisis de identidad masculina y cómo, lejos de competir, hombres y mujeres somos un equipo imbatible. ¡Así que prepárense para un mensaje con mucho humor, pero también con una dosis de profundidad!
Mucho se habla de que los hombres están en crisis. Que si ya no saben cuál es su lugar, que si las mujeres ahora están en todas partes: en las oficinas, en las universidades, en la política, en el hogar y, claro, hasta en los memes más virales. ¡Es como si no hubiera espacio para ellos! Pero, ¿sabes qué? Esta supuesta crisis no es más que una oportunidad disfrazada. Es una invitación a redefinir qué significa ser hombre en el siglo XXI.
La masculinidad tradicional, aquella que dictaba que los hombres debían ser fuertes, proveedores y emocionalmente herméticos, está siendo puesta a prueba. Y eso está bien. Ser hombre no debería ser un traje rígido que aprieta, sino una prenda cómoda que se ajusta a la personalidad y los sueños de cada uno. La flexibilidad emocional, el cuidado de la familia y la colaboración ya no son “cosas de mujeres”. ¡Son cosas de humanos!
Es esencial recordar que hombres y mujeres no somos rivales. No estamos en una competencia de “a ver quién puede más” o “quién se lleva el trofeo de la autosuficiencia”. Somos compañeros de equipo, socios en esta aventura llamada vida. ¿Qué sería del yin sin el yang? ¿De la luna sin el sol? ¿De Batman sin Robin? Juntos hacemos un rompecabezas perfecto donde cada pieza, con sus virtudes y defectos, encaja para crear algo maravilloso.
Las mujeres han avanzado mucho, pero también es importante que los hombres sepan que no están quedando atrás, sino que ahora tienen la oportunidad de ser más auténticos. De apoyarse en sus parejas, amigos y comunidades, y de entender que la verdadera fortaleza no radica en cargar el mundo sobre sus hombros, sino en saber cuándo pedir ayuda, cuándo reír y cuándo llorar.
Es importante reconocer que los hombres aportan algo único y valioso. Sus roles están evolucionando, sí, pero eso no significa que sus contribuciones sean menos significativas. Desde los papás que cambian pañales como campeones hasta los líderes que promueven la equidad en sus empresas, los hombres están encontrando nuevas maneras de brillar.
Ser hombre en 2024 es tener la valentía de ser vulnerable y el coraje de ser auténtico. Es entender que el respeto y la igualdad no restan, sino que suman. Es aceptar que no siempre tienen que saber la respuesta, pero sí estar dispuestos a buscarla. ¡Eso es ser un crack!
Celebremos a los hombres por quienes son, no por quienes la sociedad les dijo que deberían ser. Reconozcamos sus logros, grandes o pequeños, y animémoslos a seguir creciendo, a seguir aprendiendo y a seguir siendo parte de este equipo llamado humanidad.
Hombres, mujeres, no importa. Somos como un dúo dinámico en el que uno no brilla sin el otro. ¡Y qué privilegio es caminar juntos! Así que, hombres, gracias por ser compañeros de vida, por ser amigos, padres, hermanos, parejas y aliados. Gracias por estar ahí, por construir con nosotras y por recordarnos que juntos hacemos vida, una vida llena de matices, retos y, sobre todo, de mucho amor.
¡Feliz Día Internacional del Hombre!
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