Ciudad de México – En un avance significativo para la medicina, un procedimiento innovador que permite a pacientes con diabetes tipo 1 generar insulina a partir de células reprogramadas está mostrando resultados prometedores. Una mujer china, de 25 años, comenzó a producir su propia insulina solo dos meses y medio después de recibir un trasplante de células reprogramadas en un procedimiento realizado por científicos de la Universidad de Pekín.
Este avance, publicado en la prestigiosa revista Cell, ha sido destacado por María Teresa Tusié Luna, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, quien resaltó su importancia en el marco del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora el 14 de noviembre.
Diabetes tipo 1 y tipo 2: diferencias clave
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico destruye las células beta del páncreas, responsables de la producción de insulina. Este proceso provoca altos niveles de glucosa en la sangre y obliga a los pacientes a depender de insulina externa para sobrevivir. Por su parte, la diabetes tipo 2 aparece generalmente en personas mayores y se caracteriza por una disminución en la producción de insulina y resistencia a esta hormona.
En México, se estima que aproximadamente 15 millones de personas viven con diabetes; la mayoría, con diabetes tipo 2. Según Tusié Luna, se espera que la prevalencia de esta enfermedad continúe aumentando, lo que podría llevar a que el número de casos se duplique en los próximos 25 años.
La promesa del trasplante de células reprogramadas
El procedimiento realizado a la paciente en China consistió en extraer células del tejido adiposo de la propia paciente, las cuales fueron reprogramadas para comportarse como células madre pluripotentes. Posteriormente, estas células se diferenciaron en células de los islotes de Langerhans (donde se encuentran las células beta) y fueron trasplantadas al tejido muscular del abdomen. A través de este procedimiento, las células beta comenzaron a secretar insulina en respuesta a los niveles de glucosa en sangre, lo que permitió que la paciente lograra un control estable de su glucosa sin necesidad de insulina externa.
El procedimiento también ha facilitado la monitorización de estas células para asegurarse de que no haya signos de rechazo o inflamación, lo cual es crucial en trasplantes de este tipo. A un año del tratamiento, la paciente no ha requerido insulina adicional, y sus niveles de glucosa se han mantenido dentro de un rango saludable.
Limitaciones y variabilidad del tratamiento
Sin embargo, Tusié Luna señaló que este procedimiento aún se encuentra en una fase experimental y que el éxito puede variar entre pacientes. La reprogramación y diferenciación de células es un proceso complejo que puede presentar diferencias significativas en cada individuo, por lo que serán necesarias décadas de investigación para entender completamente sus efectos y aplicaciones.
Para pacientes con diabetes tipo 2, este método tendría un impacto limitado, ya que aunque las células trasplantadas producirían insulina, la resistencia persistente a esta hormona en el organismo requeriría de trasplantes repetidos.
Futuro de la investigación en diabetes
Este avance representa un paso importante hacia una posible cura de la diabetes tipo 1, aunque aún se requieren estudios adicionales para asegurar su eficacia y seguridad. La investigadora enfatizó la necesidad de apoyar la investigación científica para explorar a fondo este innovador tratamiento, que podría transformar la vida de millones de personas con diabetes tipo 1 en el futuro.
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