El impacto de la tecnología en adolescentes: Más de la mitad usa internet para regular su estado emocional

Un reciente estudio revela que más de la mitad de los adolescentes utilizan Internet para mejorar su estado de ánimo cuando se sienten solos, tristes o enfadados. La investigación, llevada a cabo por la aseguradora DKV y la organización Educar es Todo, pone de manifiesto el rol de la tecnología en la vida emocional de los jóvenes y detalla otros aspectos preocupantes del uso de dispositivos digitales en esta etapa crucial de desarrollo.

Internet como Refugio Emocional para los Adolescentes

La necesidad de recurrir a la tecnología para manejar las emociones afecta a una amplia mayoría de adolescentes, quienes reconocen que el entorno digital les brinda un alivio rápido y accesible en momentos de malestar. De acuerdo con el estudio, un 45,1% de los jóvenes señala además que experimentan dificultades para desconectar de la tecnología, lo cual podría estar afectando sus relaciones sociales y su bienestar mental.

El Rol de los Padres y Docentes en el Control de la Tecnología

El informe también explora la percepción de padres y educadores respecto al uso de la tecnología entre los adolescentes. Mientras que un 55,6% de los padres considera que sus hijos presentan dificultades para controlar el tiempo de pantalla, esta cifra asciende a un 89,5% en el caso de los docentes. Rafa Guerrero, psicólogo educativo y uno de los expertos que analizó los resultados, señaló que el uso excesivo de dispositivos en momentos de convivencia, como las comidas, refleja una desconexión de la realidad, con un 35% de adolescentes admitiendo que usan la tecnología durante las comidas.

Guerrero también advierte sobre ciertos síntomas que reflejan una posible adicción, como la necesidad compulsiva de recurrir al móvil o la dependencia emocional del mismo. Según el psicólogo, los adolescentes buscan en redes sociales un alivio emocional a través de los “likes” y la interacción constante, aunque este refuerzo positivo no es sostenible ni realista para la salud emocional a largo plazo.

La Tecnología y la Calidad del Sueño

Un dato adicional que destaca en el estudio es que el 50% de los adolescentes afirma dormir con el teléfono móvil cerca, lo cual afecta la calidad de su sueño y, en consecuencia, su rendimiento académico. La exposición a la luz de los dispositivos antes de dormir es conocida por interferir con el ciclo natural de descanso, afectando la capacidad de concentración y el estado de alerta al día siguiente.

Impacto del Uso Excesivo de Pantallas en la Salud Mental

Silvia Álava, psicóloga educativa, subraya que existe una correlación significativa entre el mal uso de la tecnología y ciertos problemas de salud mental, aunque aclara que el problema no radica en la tecnología en sí, sino en cómo se utiliza. Padres y madres han reportado que un uso problemático de los dispositivos se asocia con conductas impulsivas y una menor empatía en sus hijos. Los adolescentes más afectados tienden a mostrar síntomas de hiperactividad, dificultades para concentrarse y problemas para relacionarse con sus pares.

La doctora Lucía Galán, pediatra y fundadora del Centro Creciendo, resalta que alrededor de un 40% de los adolescentes ha experimentado problemas de salud mental, aunque pocos han sabido cómo pedir ayuda. Esta situación contrasta con el progreso en la visibilización de la salud mental en adultos, pero aún persiste un estigma entre las familias cuando se trata de la infancia y adolescencia.

Recomendaciones para un Uso Responsable de la Tecnología

Para contrarrestar los efectos negativos del uso de dispositivos, la doctora Álava propone varias pautas para que los padres fomenten un manejo equilibrado de la tecnología en sus hijos. Entre las recomendaciones, destaca que los niños menores de tres años no deberían usar pantallas, ya que necesitan de estímulos multisensoriales para su desarrollo. A medida que crecen, se sugiere limitar el tiempo de pantalla a 30 minutos diarios entre los tres y cinco años, y a una hora para niños de seis a diez años, siempre bajo supervisión adulta.

En la adolescencia, se recomienda establecer acuerdos de uso, activar controles parentales y procurar que el ocio se base en actividades “offline” para que los jóvenes puedan desconectarse de Internet. Finalmente, tanto Galán como Álava enfatizan que los padres deben ser un ejemplo en cuanto al uso de dispositivos y la forma de relacionarse con ellos, ya que los hijos suelen imitar las conductas observadas en casa.

El estudio muestra una visión integral de cómo los adolescentes utilizan la tecnología en su día a día, y las posibles repercusiones a nivel emocional y social que conlleva su uso excesivo, así como la importancia de la participación activa de padres y educadores en el fomento de hábitos tecnológicos saludables.