Las composiciones musicales más icónicas en el cine de terror

El cine y la música son dos elementos que coexisten de manera intrínseca, creando una experiencia sensorial que sumerge al espectador en universos únicos. En el género del terror, la música se convierte en un vehículo esencial para intensificar la tensión y construir atmósferas inquietantes. Este artículo explora las diez partituras y bandas sonoras más memorables de películas de terror que han dejado huella en la historia del séptimo arte.

1. El resplandor (1980)

La obra maestra de Stanley Kubrick, adaptada de la novela de Stephen King, no solo es famosa por su narrativa visual, sino también por su impactante música. Krzysztof Penderecki compuso gran parte de la partitura, que incluye piezas inquietantes que aumentan la tensión. La contribución de Wendy Carlos y Rachel Elkind, especialmente en el tema de apertura, ha trascendido como uno de los más icónicos en el género.

2. Imágenes (1972)

Dirigida por Robert Altman, esta película de terror psicológico presenta una partitura colaborativa entre John Williams y Stomu Yamashta. La música acentúa el creciente estado de confusión de la protagonista, con composiciones como “Land Of The Ums”, que se quedan grabadas en la memoria del espectador.

3. Suspiria (1977)

La partitura de Goblin para “Suspiria” es reconocida por su singularidad y por su capacidad de realizar el terror de la historia. La mezcla de sonidos góticos con la narrativa visual de Dario Argento ha convertido esta obra en un referente del cine de terror, que permanece vigente incluso décadas después de su lanzamiento.

4. Psicosis (1960)

El maestro Bernard Herrmann trabajó con Alfred Hitchcock para crear la inolvidable partitura de “Psycho”. El uso innovador del violín en la famosa escena de la ducha se ha convertido en una referencia cultural del terror, mostrando cómo la música puede amplificar el impacto de las imágenes.

5. Nosferatu (1922)

Considerada un pilar del cine mudo y del expresionismo alemán, “Nosferatu” fue musicalizada en vivo en su estreno por Hans Erdmann. Aunque no existen grabaciones de la partitura original, su música contribuyó a la atmósfera inquietante de la película, sentando las bases para el terror en el cine moderno.

6. Hellraiser (1987)

La partitura de “Hellraiser”, creada por Christopher Young, complementa a la perfección la angustiante narrativa de Clive Barker. Las composiciones, como “Los cenobitas”, se adentrarán en lo siniestro, reflejando el horror que experimenta el protagonista a medida que se desarrolla la historia.

7. El bebé de Rosemary (1968)

Krzysztof Komeda, con su trasfondo en el jazz, compuso una de las partituras más memorables en la historia del terror para “Rosemary’s Baby”. La música se entrelaza con la trama, acentuando la desesperación y el miedo de la protagonista a lo largo de su inquietante experiencia.

8. La profecía (1976)

Jerry Goldsmith logró una obra maestra con su partitura para “The Omen”. La música, que incluye el famoso “Ave Satani”, no solo complementa la narrativa, sino que también se convierte en un personaje más de la historia, incrementando la tensión a medida que se revela la verdadera naturaleza del niño adoptado.

9. El exorcista (1973)

La partitura de “El exorcista”, también compuesta por Krzysztof Penderecki, es famosa por su capacidad de evocar una profunda inquietud. Friedkin utilizó música temporal de Penderecki durante la filmación, que luego se integró de manera efectiva en la edición final, elevando la atmósfera de terror psicológico que caracteriza a la película.

10. Holocausto caníbal (1980)

Aunque es conocido por su controversia, “Cannibal Holocaust” de Ruggero Deodato también se destaca por su banda sonora, compuesta por Riz Ortolani. La música, que mezcla sonidos orquestales con elementos de terror, resalta la brutalidad y la angustia del filme, convirtiéndose en un elemento clave de su narrativa.


Estas composiciones han demostrado que la música en el cine de terror no es solo un acompañamiento, sino una parte esencial que define la experiencia del espectador. La habilidad de los compositores para evocar emociones y anticipar momentos de tensión ha solidificado su lugar en la historia del cine, estableciendo un legado que sigue inspirando a nuevas generaciones de cineastas y compositores.