• El lazo amoroso entre las mascotas y sus tutores prevalece incluso después de la muerte.
Actualmente, es común percibir el fuerte lazo amoroso que une a las personas con sus mascotas. Sin embargo, debido a las leyes de la naturaleza, esa convivencia armónica culmina con su muerte. Conscientes de esto, cada vez más personas se preparan emocionalmente para despedirse de sus compañeros con un servicio funerario cálido y emotivo. Además, para mantener vivo ese sentimiento, se ha vuelto habitual crear una ofrenda en honor de aquel ser que, aunque no pertenecía a la misma especie, ofreció amor incondicional a su tutor.
Por lo anterior, cada vez más familias, durante el mes de octubre – preludio a la tradición del Día de Muertos, cuando el aroma naranja del cempasúchil inunda los hogares mexicanos con una mezcla de calor y nostalgia – colocan ofrendas y altares dedicados a la memoria de sus queridos animales de compañía, sin importar la especie: perro, gato, tortuga, conejo, etc.
Adrián Rodríguez-Granada, General Manager de Pets in the Sky, empresa líder en servicios funerarios para mascotas que el pasado 19 de octubre cumplió 9 años como aliada de quienes optan por la cremación para despedir a sus mascotas, comenta: “El vínculo invisible que mantenemos con nuestros animales de compañía se fortalece con esta creciente tradición de dedicar una ofrenda a los animales cada 27 de octubre”.
Este gesto es una clara muestra de que estos seres especiales siguen presentes, tanto en vida como cuando trascienden a otro plano. Aunque deseamos disfrutar de su compañía por muchos años, somos conscientes de que al igual que los humanos, lo único que nos une a todos los seres vivos es la muerte.
Para los expertos en funerales para animales, esta tradición va más allá de representar su imagen: se trata de revivir las emociones y la felicidad que nos brindaron en vida. Con ello, buscamos que su “visita” a nuestros hogares sea un momento de gozo y celebración, más que de tristeza y de dolor.
Aunque cada ofrenda es única y personalizada, Adrián Rodríguez-Granada sugiere que debe contener algunos elementos esenciales: una fotografía del “amigo”, su alimento favorito o premio, agua, velas – que simbolizan la luz que guía su camino -, flores de cempasúchil – conocidas como “flores de muertos” – y sus juguetes preferidos. Todo ello con la intención de que, al “llegar de visita”, perciban que siempre los tenemos en la mente y en el corazón.
“Sabemos del dolor que significa la pérdida de una mascota que, aunque de otra especie, robó el corazón de quienes la rodearon. Ese sentimiento debe reflejarse en la última experiencia palpable, brindando servicios funerarios dignos para quienes fueron parte de la familia y que dejarán por siempre una huella en el corazón”, concluye Rodríguez-Granada.