Los juicios de las brujas de Salem son recordados como uno de los episodios más escalofriantes de histeria colectiva en la historia de Estados Unidos. Este fenómeno ha generado teorías que van desde la influencia de hongos alucinógenos hasta trastornos psicológicos y tensiones económicas. Sin embargo, un estudio reciente ha encontrado una conexión perturbadora entre la invención de la imprenta en el siglo XV y el oscuro texto Malleus Maleficarum, que propagó aterradoras ideas sobre la brujería.
El martillo de las Brujas, escrito por el fraile dominico Heinrich Kramer, fue publicado por primera vez en 1486 y rápidamente se convirtió en uno de los libros más leídos sobre brujas. Este manual escalofriante redefinió la brujería y se convirtió en la primera guía impresa para cazadores de brujas, desatando una ola de persecuciones que se propagó por toda Europa. Entre 1486 y 1669, aproximadamente 36 ediciones del Malleus Maleficarum vieron la luz en Alemania, lo que desencadenó una serie de cacerías de brujas que dejaron decenas de miles de muertes a su paso.
Aunque las ediciones originales del libro nunca cruzaron el Atlántico, las ideas que contenían viajaron con los colonos a Massachusetts, donde dejaron una huella inquietante en la historia. Un estudio publicado en la revista Theory and Society reveló que los investigadores mapearon las fechas y lugares de varias cacerías de brujas entre 1400 y 1679, comparándolos con las ubicaciones donde se había impreso y distribuido el Malleus Maleficarum. Los resultados mostraron que “las ciudades más cercanas en el tiempo y el espacio a la publicación del Malleus tenían más probabilidades de iniciar juicios de brujas”.
La investigación sugiere que la imprenta desempeñó un papel clave en la difusión de una nueva percepción de la brujería, alimentando así la “locura de las brujas” que condujo a la caza de brujas en todo el mundo, incluidos los juicios de Salem. Estos juicios comenzaron cuando un grupo de jóvenes afirmó estar poseído por el diablo y acusó a varias mujeres locales de brujería, desatando una ola de histeria en Massachusetts.
En 1692, un tribunal especial se reunió en Salem para llevar a cabo el primer juicio. La primera mujer condenada, Bridget Bishop, fue ejecutada en junio de ese año, marcando el inicio de una serie de acusaciones que involucraron a más de 200 personas, de las cuales 19 fueron condenadas a muerte. Años más tarde, varias de las acusadoras, en su mayoría adolescentes, confesaron que habían mentido sobre los cargos. En 1702, el Tribunal General de Massachusetts declaró ilegales los juicios y en 1711 anuló las condenas de 22 inocentes.
Hoy en día, los juicios de las brujas de Salem son un recordatorio escalofriante de cómo la paranoia puede apoderarse de la razón, dejando una mancha oscura en la historia que resuena en la memoria colectiva, especialmente en vísperas de Halloween, un tiempo en el que el miedo y lo desconocido cobran una nueva vida.