La revalorización de las pensiones contributivas de la Seguridad Social, establecida desde 2022 tras la reforma de José Luis Escrivá, está programada en función de la variación anual del Índice de Precios al Consumo (IPC). Los jubilados se encuentran a la espera del ajuste para 2025, cuyo incremento estimado es del 3,06%. Sin embargo, la cifra exacta se confirmará en noviembre.
La reforma, recogida en la Ley 21/2021, asegura que las pensiones se ajusten anualmente al IPC, para mantener el poder adquisitivo de los beneficiarios. De cumplirse las proyecciones actuales, las pensiones contributivas se verían revalorizadas alrededor de un 3%, lo que beneficiaría a millones de pensionistas.
Cálculos preliminares del IPC
La última medición del IPC en agosto situó la inflación en 2,2%. Tomando en cuenta los datos de los meses previos, la inflación media podría cerrar el año con un valor cercano al 3,06%. Este dato determinará el porcentaje final del aumento en las pensiones para el próximo año.
A pesar de la estimación, el Gobierno de España ha confirmado que las pensiones mínimas, las no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital (IMV) recibirán una subida mayor que la inflación, como parte de las medidas de protección social.
Novedades para la pensión máxima
Desde 2025, la pensión máxima se ajustará no solo con el IPC, sino que además recibirá un incremento adicional de 0,115 puntos porcentuales cada año hasta 2050. Esta modificación permitirá que las pensiones máximas se incrementen hasta un 20% de manera acumulada para 2065.
Condiciones de cotización
El periodo mínimo de cotización para acceder a una pensión en 2025 se mantendrá en 15 años, incluyendo al menos dos años en los últimos 15 previos a la jubilación. El cálculo de la base reguladora también se mantiene igual, tomando en cuenta los últimos 25 años de cotizaciones.
Este ajuste garantizará que las pensiones sigan reflejando el costo de vida, manteniendo la estabilidad económica de los pensionistas a largo plazo.