Descuento hiperbólico: ¿qué es y cómo influye en nuestras elecciones?
El descuento hiperbólico es un sesgo psicológico que lleva a las personas a preferir recompensas inmediatas en lugar de esperar por beneficios mayores en el futuro. Según psicólogos, este comportamiento influye en la toma de decisiones diarias y puede generar elecciones impulsivas que resulten perjudiciales a largo plazo. El fenómeno ha sido estudiado por años para entender su impacto en el comportamiento humano y ayudar a las personas a superarlo.
El profesor Vincent Berthet, de la Universidad de Lorraine, explica que el descuento hiperbólico distorsiona la percepción del valor, haciendo que recompensas cercanas en el tiempo parezcan más atractivas que las que podrían obtenerse con paciencia. Este sesgo, conocido también como “gratificación postergada”, es una de las razones por las que las personas a menudo toman decisiones que no son óptimas para su bienestar.
Origen y explicación del descuento hiperbólico
Desde una perspectiva evolutiva, el descuento hiperbólico tiene sentido, ya que nuestros antepasados vivían en un entorno donde las amenazas eran constantes y la esperanza de vida era baja. La prioridad era maximizar la utilidad inmediata en lugar de planificar a largo plazo. Según la Universidad Pontificia Comillas de España, este sesgo se desarrolló como una forma de garantizar la supervivencia, ya que preocuparse por el futuro no era tan relevante como aprovechar los recursos disponibles en el presente.
El psicólogo Daniel Kahneman también analiza este fenómeno en sus investigaciones, indicando que la impulsividad generada por el descuento hiperbólico puede hacer que las personas actúen en contra de sus propios intereses. En este sentido, Kahneman destaca que al tomar decisiones, la proximidad temporal de la recompensa la hace parecer más valiosa, lo cual distorsiona la evaluación objetiva de los resultados a largo plazo.
Consecuencias y cómo superarlo
La profesora de Marketing y Ciencias del Comportamiento, Irene Scopelliti, señala que este sesgo afecta no solo la economía personal, sino también la salud y las relaciones sociales. Decisiones como gastar dinero en algo innecesario en lugar de ahorrar o ceder a la tentación de comer de forma poco saludable en lugar de mantener una dieta equilibrada son ejemplos del impacto del descuento hiperbólico.
Para superar este sesgo, Berthet sugiere algunas estrategias que pueden ayudar a las personas a evitar caer en este tipo de comportamiento. Primero, recomienda definir plazos claros para tomar decisiones, lo que permite reflexionar más antes de actuar. Además, aconseja evitar tentaciones futuras aceptando de antemano no ceder ante ellas y utilizar recordatorios que mantengan el enfoque en objetivos a largo plazo.
Con estos métodos, las personas pueden fortalecer su capacidad de resistencia a la impulsividad y tomar decisiones que sean más beneficiosas a largo plazo. Aunque el descuento hiperbólico es un proceso mental natural, es posible mitigarlo con prácticas que promuevan la disciplina y el autocontrol.
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