La cuarta edición del Festival Iberseries & Platino Industria acogió este jueves en Madrid la presentación de una de las producciones más esperadas del otoño: la adaptación televisiva de la novela ‘Como agua para chocolate’, de la mexicana Laura Esquivel, una historia que mezcla amor, tradición y realismo mágico.
La ficción, que llega el próximo 3 de noviembre a HBO Max, con la producción ejecutiva de Salma Hayek, pretende “superar las expectativas” que dejó en la memoria cinematográfica la película del director mexicano Alfonso Arau en 1992, según dijo su ‘showrunner’ Jerry Rodríguez.
“Para nosotros el reto más importante estaba en quitarnos esa comparación constante con la película, muy querida por los mexicanos y por la gente en general”, señaló Rodríguez, quien mencionó escenas icónicas del filme, como la de los invitados comiendo la tarta en la boda, Gertrudis corriendo desnuda o el nacimiento de Tita.
Curro Royo, guionista principal, agregó que el formato de serie permite profundizar en la narración y en los personajes a partir de las 250 páginas de la novela.
“Vamos a ver a una Gertrudis revolucionaria, que quiere cambiar el rumbo de su país a lomos de su caballo o una Tita que no agacha la cabeza con su madre, sino que le hace frente, cómo quiere quitarse ese yugo”, describió.
Tras la proyección de dos avances de la serie, dirigida por los cineastas mexicanos Julián de Tavira y Analorena Perezríos, sus creadores señalaron que será “una adaptación fiel pero con un enfoque moderno que atraerá tanto a nuevos espectadores como a los fans de la novela original”.
“Es la misma historia y refleja esa revolución mexicana que tan importante fue, pero creo que también es importante avanzar y no quedarnos estancados en el pasado, es por ello que la narradora tiene una visión actual de las cosas”, destacó Rodríguez.
La trama se centra en Tita de la Garza (Azul Guaita) y Pedro Múzquiz (Mauricio García Lozano), dos jóvenes profundamente enamorados pero separados por las rígidas tradiciones familiares. En la familia de Tita, la hija menor está destinada a permanecer soltera para cuidar a su madre, lo que impide su unión con Pedro.
Desesperada, Tita encuentra refugio en la cocina, donde a través de sus recetas expresa sus emociones más profundas. La cocina no es solo su escape, sino también una forma de canalizar sus deseos reprimidos, afectando a quienes prueban sus platos con un toque de realismo mágico que es característico de la obra.
“El tema del realismo mágico fue todo un debate y llegamos a una definición”, apuntó Royo, “algo real que irrumpe donde no debería estar y convive con ello”.