Eric Clapton: El regreso de una leyenda en la CDMX

Después de 23 años de ausencia, Eric Clapton volvió a México para presentarse en el estadio GNP Seguros, dejando una huella indeleble en el público. Su regreso fue esperado con ansias, y aunque su setlist fue breve, la experiencia fue una auténtica manifestación de su grandeza musical. Clapton no solo tocó la guitarra, sino que ofreció una noche que se sintió más como un evento sacro que como un simple concierto.

Un dios del blues en el escenario

Eric Clapton ha sido llamado muchas cosas a lo largo de su carrera, y para muchos, su estatus en el mundo de la música es casi divino. Su talento ha sido admirado por gigantes de la industria, desde Jimi Hendrix hasta B.B. King. Anoche, el Foro GNP Seguros fue el lugar donde esa deidad musical descendió para compartir su don con los miles de asistentes que, como peregrinos, llegaron para ser testigos de algo que solo puede describirse como trascendental.

La noche inició puntualmente con los poderosos acordes de “Sunshine of Your Love”, una bienvenida al universo musical que Clapton ha creado durante décadas. A pesar de que su repertorio es vasto, el setlist fue breve, pero suficiente para transportar a los presentes a lo más alto de la experiencia sonora.

Clásicos inmortales y momentos épicos

Desde “Hoochie Coochie Man” hasta “Crossroads” y “Key to the Highway”, cada canción fue ejecutada con la precisión y maestría que solo Clapton puede ofrecer. El momento culminante llegó con “Old Love”, donde el solo que salió de su famosa guitarra “Blackie” elevó la energía del público a otro nivel. Era como si cada nota que tocaba conectara al público directamente con la esencia del blues.

Uno de los momentos más esperados de la noche fue cuando Clapton interpretó “Tears in Heaven” durante su set acústico. Aunque esta canción está cargada de tristeza debido a la tragedia personal detrás de su composición, Clapton la interpretó con una serenidad reconfortante. No hubo dolor en su ejecución, sino una paz que solo alguien que ha superado las pruebas más duras de la vida puede transmitir.

La banda: un complemento perfecto

Aunque Clapton era el foco de atención, su banda no se quedó atrás. Cada uno de los músicos que lo acompañaron tuvo su momento para brillar, en especial el tecladista Tim Carton, quien, con su Hammond, añadió una dimensión extra a la experiencia sonora. La interacción entre la banda y Clapton fue fluida y natural, como si todos estuvieran en perfecta sintonía para llevar al público a través de un viaje musical inolvidable.

Despedida entre luces y satisfacción

El cierre del concierto llegó con “Cocaine”, una canción que, a pesar de su controversial tema, siempre ha sido un favorito entre los seguidores de Clapton. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando Clapton invitó al escenario a Gary Clark Jr., con quien interpretó “Before You Accuse Me”. Clark, con una guitarra adornada con los colores de la bandera palestina, añadió una capa extra de profundidad al momento, recordando que, como cualquier figura, Clapton también tiene sus propias posturas que no pasan desapercibidas.

Cuando las luces del escenario se apagaron y el tema de La Pantera Rosa empezó a sonar, quedó claro que el show había terminado. No hubo bis, pero tampoco fue necesario. La sensación de haber presenciado algo especial prevaleció entre los asistentes. El descontento por la duración del concierto se disipó rápidamente, dejando en su lugar la gratitud por haber visto a uno de los mejores músicos de todos los tiempos.

Una leyenda que sigue marcando historia

Eric Clapton, a sus 79 años, sigue siendo un referente del blues y la música en general. Su legado está más vivo que nunca, y su presentación en el Foro GNP Seguros es prueba de ello. Los asistentes no solo vieron a un músico, vieron a una leyenda que, a pesar del paso del tiempo y de las controversias que lo han rodeado, sigue dominando el escenario como pocos pueden hacerlo.

Después de más de dos décadas sin presentarse en México, Clapton dejó claro por qué es considerado uno de los grandes. A pesar de los años, su capacidad para emocionar, conectar y elevar a su público sigue intacta. Los que estuvieron ahí pueden decir con orgullo que, por una noche, vieron a Eric Clapton en todo su esplendor.