Por Julio Ramos García
Martes 01 de Octubre de 2024
La toma de posesión de la Doctora como presidenta de México marca un hito histórico para el país; no solo es la primera mujer en llegar a la presidencia por medio de una elección democrática, sino que además lo hace en un contexto de enormes desafíos económicos y sociales. Su administración enfrentará, desde el primer día, una coyuntura compleja, donde las finanzas públicas jugarán un rol clave para el éxito o fracaso de su proyecto de gobierno.
Sheinbaum hereda unas finanzas públicas que han sido manejadas con prudencia por las administraciones anteriores, pero que también se encuentran limitadas por compromisos con el gasto social y la inversión en infraestructura. México ha mantenido una disciplina fiscal encomiable en los últimos años, con un nivel de deuda manejable, pero las demandas sociales y las promesas de campaña de la nueva administración implican presiones adicionales sobre el presupuesto.
Uno de los retos más inmediatos será cómo equilibrar el gasto público con las necesidades de crecimiento económico. Durante su campaña, prometió continuar con los programas sociales insignia de la administración saliente, como las pensiones universales y los apoyos directos a los sectores más vulnerables. Estos programas, aunque populares, representan una carga considerable para las finanzas públicas.
Una de las principales tareas que deberá enfrentar el nuevo gobierno es la posibilidad de impulsar una reforma fiscal profunda. Actualmente, México recauda alrededor del 16% de su PIB en impuestos, una de las tasas más bajas dentro de la OCDE. La reforma fiscal es un tema que ha sido postergado por varias administraciones, debido a su alta carga política. Sin embargo, la necesidad de una mayor recaudación fiscal para financiar los compromisos sociales y de inversión hace que este sea un tema ineludible.
Además, Sheinbaum ha mostrado un fuerte compromiso con el desarrollo sostenible y las energías renovables, algo que podría atraer inversiones en tecnologías limpias y proyectos de infraestructura verde. México tiene un gran potencial en energía solar, eólica y geotérmica, y una apuesta por estas industrias podría no solo ayudar a combatir el cambio climático, sino también generar empleo y crecimiento económico.
La toma de posesión de la Dra. Claudia Sheinbaum representa una nueva era en la política mexicana, pero también trae consigo grandes expectativas y retos. Las finanzas públicas serán una de las áreas más críticas para su éxito; el desafío es monumental, pero también lo es la oportunidad de transformar la economía mexicana para un futuro más justo y sostenible; la clave estará en diseñar una reforma que grave de manera justa y que, al mismo tiempo, incentive la inversión y la productividad.