La Comisión Organizadora de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional (PAN) ha confirmado la inscripción de únicamente dos aspirantes a la presidencia del partido: Jorge Romero y Adriana Dávila. Ambos han cumplido con los requisitos establecidos, presentando su documentación y recolectando más de 30,000 firmas, lo que les permite avanzar en el proceso hacia la elección programada para el 10 de noviembre.
Contexto electoral y candidatos
La elección se llevará a cabo para sustituir a Marko Cortés en la dirigencia nacional del blanquiazul. Con esta situación, se espera que se organice un debate entre los dos candidatos en octubre, aunque la fecha exacta aún no ha sido determinada. La Comisión, liderada por Ana Teresa Aranda, ha garantizado un “piso parejo” para ambos contendientes, enfatizando la importancia de que se erradiquen las prácticas de los llamados “padroneros”. Estos operadores políticos son acusados de manipular el padrón de los cerca de 300,000 militantes del partido.
Adriana Dávila presenta una planilla conformada por destacados miembros del partido, incluyendo a Juan Marcos Gutiérrez González como secretario general y a figuras como Nora Jessica Lagunes, Alberto Cárdenas, Lydia Madero y Fernando Pérez, entre otros. Por su parte, Jorge Romero cuenta con el respaldo de Karen Michel González Márquez como secretaria general, y su planilla incluye a Santiago Taboada, Romina Contreras, Eduardo Rivera y otros reconocidos militantes.
Garantías de transparencia y legalidad
La Comisión Organizadora ha realizado un análisis exhaustivo de las firmas presentadas por los candidatos, verificando cada una de ellas para asegurar la legalidad del proceso. Este compromiso con la transparencia es fundamental en un contexto donde la credibilidad del partido se ha visto cuestionada por diversas prácticas internas.
Compromisos de campaña
Ambos candidatos han expresado sus intenciones de llevar a cabo campañas centradas en la unidad y el respeto. Jorge Romero ha subrayado que su campaña será libre de ataques hacia Dávila, enfocándose en la propuesta de una reforma estatutaria que permita la afiliación inmediata de ciudadanos al partido y una revisión de las políticas de alianzas con otros partidos.
Adriana Dávila, por su parte, ha manifestado su rechazo a los acuerdos secretos de la actual dirigencia, haciendo alusión a los conflictos internos que han marcado la historia reciente del PAN, como los relacionados con los Yunes. Dávila ha prometido blindar al partido contra la corrupción y eliminar las designaciones por el método de “cuotas y cuates”, una práctica que ha generado descontento entre la militancia.
Desafíos hacia el futuro
La elección que se avecina no solo representa un cambio de liderazgo, sino también una oportunidad para que el PAN redefina su rumbo y recupere la confianza de sus militantes y la ciudadanía en general. Con la presencia de solo dos candidatos, el partido se enfrenta a un momento crucial en el que la cohesión interna y la estrategia a seguir serán determinantes para su futuro político.
El camino hacia la presidencia del PAN no estará exento de retos, pero con el compromiso de ambos candidatos de mantener un diálogo abierto y respetuoso, se espera que esta elección marque un nuevo capítulo para la organización política. En un contexto de polarización y cambios en el panorama político del país, el partido necesita adaptarse y responder a las expectativas de sus miembros y del electorado. La elección del 10 de noviembre podría ser el primer paso en esa dirección.