Ciberataque chino controlaba 260,000 dispositivos en Occidente y fue desactivado por el FBI

Ciberataque

 

El miércoles, Estados Unidos y países aliados anunciaron el desmantelamiento de una vasta red de 260,000 dispositivos conectados a internet, incluidos cámaras y routers, que habrían sido controlados por el gobierno chino para realizar actividades de espionaje. La operación, dirigida por el FBI, fue vista como un “golpe en una lucha mucho más larga”, según declaró el director de la agencia, Christopher A. Wray.

Objetivos sensibles en riesgo

El ataque cibernético afectaba a infraestructuras críticas como corporaciones, medios de comunicación, universidades y agencias gubernamentales en Estados Unidos y otras naciones. Los ciberespías emplearon los dispositivos infectados como trampolines para ocultar su rastro mientras vulneraban instituciones gubernamentales y sectores industriales clave en países como Taiwán y Estados Unidos.

La red de bots y sus responsables

La red de bots, conocida como Flax Typhoon, estaba dirigida por un contratista del gobierno chino, Integrity Technology Group, según afirmaron las autoridades estadounidenses. A través de una orden judicial, el FBI logró enviar comandos a los dispositivos comprometidos, desconectándolos de la red de espionaje. A pesar de la interrupción, el director del FBI advirtió que esto representa solo una batalla en un conflicto prolongado con China.

Daños y repercusiones

El ciberataque causó graves daños a las víctimas, obligándolas a invertir tiempo y recursos en eliminar el malware. En California, una organización experimentó pérdidas financieras significativas, ya que su equipo de TI tuvo que reemplazar hardware y lidiar con la caída de sus sistemas. Según las autoridades, los hackers chinos pretendían robar información confidencial, lo que afectó principalmente a infraestructuras de telecomunicaciones y sectores estratégicos.

Espionaje y ciberseguridad en riesgo

El grupo Flax Typhoon, a diferencia de otros como Volt Typhoon, se centraba en el espionaje tradicional. Se identificó que sus principales objetivos incluían sectores militares, gubernamentales y educativos, con un enfoque especial en Taiwán. La operación de espionaje cibernético expuso la vulnerabilidad de los dispositivos conectados a internet que no reciben actualizaciones ni soporte, dejando a las víctimas expuestas a ataques prolongados.

Respuestas internacionales y postura china

Los dispositivos comprometidos se encontraban principalmente en Estados Unidos, Vietnam y Alemania, según informes de agencias de inteligencia de varios países aliados. Sin embargo, la embajada china rechazó las acusaciones, calificándolas de infundadas y una distorsión de los hechos.


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