Desafíos del Servicio Secreto de EE.UU. tras el segundo intento de asesinato de Trump en dos meses

Trump

En esta ocasión, un agente logró distinguir el cañón de un rifle que asomaba por entre unos arbustos en un campo de golf en Florida, donde Trump jugaba. El agente disparó al sospechoso, evitando un posible atentado, según el FBI. Trump fue evacuado sin sufrir daños, y el atacante fue detenido posteriormente por la policía.

A pesar de que el Servicio Secreto evitó un ataque, este nuevo incidente ha generado dudas sobre la capacidad de la agencia para proteger al expresidente y actual candidato presidencial en medio de un entorno político cada vez más volátil. En julio, Trump sufrió una herida en la oreja derecha tras un tiroteo durante un mitin en Pensilvania, lo que resultó en la dimisión de la directora del Servicio Secreto, Kimberley Cheatle. El incidente actual pone de relieve las limitaciones de la agencia, especialmente en la protección de candidatos presidenciales.

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El presidente Joe Biden ha señalado que el Servicio Secreto necesita más recursos, instando al Congreso a responder a sus necesidades. Los expertos también sugieren reevaluar la protección ofrecida a los candidatos presidenciales, dado el aumento de la violencia política en el país.

La situación se complica por el amor de Trump por los espacios abiertos como campos de golf, que son difíciles de asegurar. Figuras como el exagente del Servicio Secreto Barry Donadio han subrayado la necesidad de que todos los candidatos presidenciales reciban el mismo nivel de protección que un presidente en funciones.

A medida que las tensiones políticas en Estados Unidos aumentan, el Servicio Secreto enfrenta una presión cada vez mayor para mejorar sus capacidades y evitar futuros atentados.