A pesar de un incremento en la demanda por las vacaciones de verano, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) ha experimentado una caída significativa en el número de pasajeros durante 2024. De enero a agosto, el principal centro aéreo del país movilizó a 30.4 millones de personas, lo que representa 1.7 millones menos que en el mismo periodo del año anterior y 3 millones menos que en 2019, cuando alcanzó un máximo histórico.
**Reducción de operaciones para aliviar la saturación**
La disminución en el tráfico de pasajeros se atribuye principalmente a la decisión de reducir el número de operaciones por hora para vuelos nacionales, pasando de 52 a 43. Esta medida fue implementada con el objetivo de aliviar la saturación que ha caracterizado al AICM en los últimos años y para fomentar la expansión de las aerolíneas en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), una nueva terminal construida para aliviar la carga de la principal central aérea del país.
**Impacto en las metas del aeropuerto**
El AICM se había fijado la meta de movilizar 46 millones de pasajeros en 2024, según indicó la administración encabezada por el contralmirante José Ramón Rivera. No obstante, la reducción en el número de operaciones y el menor tráfico registrado hasta ahora ponen en duda la posibilidad de alcanzar dicho objetivo. Jonathan Félix, analista del sector de aviación en Verum, señaló que “sin duda las políticas que el gobierno ha implementado tienen injerencia en el menor tráfico del AICM”, haciendo referencia a las decisiones que buscan mejorar la operación aeroportuaria en el país.
**Presión financiera por la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA)**
La caída en el número de pasajeros también genera presión financiera para el aeropuerto Benito Juárez, que está obligado a atender al menos 40 millones de viajeros anualmente para cumplir con la cuota de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA). Estos ingresos son cruciales, ya que se transfieren al fideicomiso encargado de pagar los bonos que financiaban el proyecto del aeropuerto de Texcoco, cuya construcción fue cancelada en 2018.
Esta situación refleja el reto que enfrenta el AICM en su intento por equilibrar las demandas del mercado con las políticas gubernamentales que buscan redistribuir el tráfico aéreo a otras terminales, como el AIFA.