Irene Muñoz
El turismo aéreo, un factor clave para muchas economías, ha comenzado a mostrar señales de alarma en diversos países, y México no es la excepción. En julio de 2024, el país experimentó su primera caída en nueve meses, con una disminución del 3.6% en la llegada de turistas internacionales por vía aérea. Este retroceso no es solo un indicador puntual, sino parte de una tendencia preocupante que refleja el impacto de la crisis económica global, la inflación y una combinación de factores internos como la violencia y la falta de gobernanza. Aunque el turismo aéreo sigue siendo vital para los ingresos nacionales, su desaceleración plantea serios desafíos para el futuro del sector en México y en el mundo.
La baja de 1.94 millones de turistas en México representa un golpe significativo para la economía. Los viajeros internacionales que llegan por vía aérea constituyen el 30% del total de visitantes, pero generan el 85% de los ingresos totales por turismo. Esta dependencia del turismo aéreo hace que cualquier reducción en su número tenga un efecto considerable en la economía nacional. Además, el gasto de estos turistas, en su mayoría procedentes de países como Estados Unidos y Canadá, ha disminuido un 1.4% en comparación con el año anterior, lo que indica que los viajeros están siendo más cautelosos con sus gastos y elecciones de destino.
El retroceso en el turismo aéreo no es exclusivo de México. Países como Tailandia, Italia, Francia, Japón y Australia también han experimentado caídas en la llegada de turistas internacionales. Tailandia, por ejemplo, registró una disminución del 15% en 2023 debido a la lenta recuperación de mercados emisores y el alto costo de los vuelos. Japón, tras reabrir al turismo internacional, enfrentó un descenso del 10% en visitantes, influenciado por la depreciación del yen y la crisis económica global. Francia e Italia también han visto reducciones del 5% y 7%, respectivamente, afectadas por la inflación, huelgas y cambios en las preferencias de viaje.
Aunque la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) mejoró en junio su pronóstico para la industria de aerolíneas en 2024, proyectando ingresos históricos de 996 mil millones de USD y un aumento en el número de pasajeros, también advirtió que los beneficios netos aún no superan los costos de capital, lo que refleja una persistente fragilidad económica. Esto cobra relevancia en el contexto de México, donde el retroceso del turismo aéreo coincide con las advertencias sobre la necesidad de fortalecer la rentabilidad del sector para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.
En medio de una tendencia global de desaceleración económica e incertidumbre, la capacidad de las aerolíneas para mejorar su resiliencia financiera será clave para evitar una mayor caída en la afluencia de turistas. Esto impacta gravemente en economías como la mexicana, que dependen en gran medida del turismo aéreo.
A los retos globales se suman factores internos que agravan la situación de México como destino turístico. La violencia y la coyuntura política han afectado la percepción internacional del país, deteriorando su imagen. Esta percepción negativa afecta particularmente a los turistas de alto poder adquisitivo, quienes llegan por vía aérea y contribuyen de manera significativa a la economía nacional.
El impacto de estos factores es tan grave que algunos operadores turísticos internacionales han comenzado a recomendar destinos más seguros en la región. Ante esta competencia internacional, México debe mejorar tanto su infraestructura como su imagen y posicionamiento global.
Nuestro país necesita trabajar en mejorar su imagen internacional, invertir en infraestructura y garantizar la seguridad de los turistas como pasos esenciales para revertir esta tendencia negativa. Además, es crucial fortalecer su presencia en los mercados internacionales para atraer nuevamente a los turistas aéreos de alto gasto. Si no se toman medidas inmediatas, México corre el riesgo de perder una de sus principales fuentes de ingresos.
El retroceso del turismo aéreo en julio no debe verse como un fenómeno temporal, sino como una advertencia ante un panorama global y local cada vez más complejo. Para proteger y expandir su sector turístico, México debe actuar con rapidez y firmeza, para no quedar rezagado en la competitiva industria turística global.