La situación de los incendios forestales en Bolivia ha alcanzado un punto crítico. Este sábado, el país declaró la emergencia nacional debido a la propagación incontrolable de incendios en diversas regiones, una medida que busca agilizar el apoyo nacional e internacional para combatir el desastre natural. Los incendios ya han arrasado más de 3.3 millones de hectáreas en lo que va del año, afectando gravemente a los departamentos de Beni y Santa Cruz, dos de las zonas más impactadas por el fuego.
Avance de los incendios y regiones afectadas
El departamento de Beni fue el primero en declararse en desastre debido a la magnitud de los incendios que han devastado extensas áreas de bosques y pastizales. En Santa Cruz, la situación también es alarmante: se reportan 64 incendios activos distribuidos en 18 municipios. La superficie afectada en esta región ya supera los 3.347.000 hectáreas, y las autoridades locales están en máxima alerta, realizando evacuaciones y organizando operativos de emergencia para proteger tanto a la población como a los ecosistemas locales.
La respuesta del gobierno y los desafíos en el terreno
La declaración de emergencia nacional permitirá que Bolivia agilice los procedimientos para recibir ayuda de cooperantes internacionales y coordinar de manera más efectiva las labores de extinción. Hasta el momento, más de 590 personas están movilizadas en diferentes frentes de combate contra el fuego. Sin embargo, las autoridades de los municipios afectados han señalado que la magnitud de los incendios ha superado la capacidad de respuesta local, especialmente en áreas rurales donde los recursos son limitados.
En municipios como Concepción, algunas comunidades han tenido que ser evacuadas debido al avance imparable de las llamas. En Palestina, por ejemplo, los residentes se encuentran rodeados por el fuego, y las autoridades han tenido que actuar con rapidez para evitar víctimas humanas. Mientras tanto, en San Matías, un área natural de manejo integrado ha sufrido daños devastadores, con el 70% de su superficie arrasada por el incendio.
Comparaciones con incendios anteriores y peligro para la biodiversidad
La actual crisis de incendios en Bolivia está siendo comparada con la de 2019, cuando ardieron 4.2 millones de hectáreas en el departamento de Santa Cruz. Este evento catastrófico tuvo efectos devastadores no solo en términos de superficie afectada, sino también en la pérdida de biodiversidad, incluyendo especies endémicas y en peligro de extinción. La situación de 2024 parece seguir una trayectoria similar, lo que ha incrementado la preocupación de organizaciones ambientalistas y comunidades locales.
La extensión y la intensidad de los incendios en Bolivia tienen repercusiones a largo plazo en los ecosistemas locales. La deforestación, la pérdida de hábitats y la alteración de los ciclos de nutrientes son solo algunas de las consecuencias ambientales de estos eventos. Además, los incendios generan emisiones masivas de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático global y afectando la calidad del aire en las regiones aledañas.
Ante este panorama, expertos en medio ambiente señalan que es necesario implementar estrategias más efectivas de prevención y control de incendios, así como fortalecer la infraestructura de respuesta rápida en las regiones propensas a estos desastres. Esto incluye la capacitación y equipamiento de brigadas de bomberos forestales, la implementación de políticas de uso de suelo sostenibles y la educación de las comunidades locales sobre prácticas seguras y sostenibles.