En la madrugada del 4 de marzo de 1966, el aeropuerto internacional de Tokio se convirtió en el escenario de una de las peores tragedias aéreas de la historia. Las condiciones climáticas extremas provocaron dos desastres casi simultáneos que resultaron en la muerte de cerca de 200 personas. Un reciente video publicado en YouTube ha arrojado nueva luz sobre los trágicos eventos, ofreciendo una recreación detallada de los últimos momentos de vida de los pasajeros afectados por estas calamidades.
La Noche Trágica: Accidente del Vuelo 402 de Canadian Pacific Airlines
La primera tragedia ocurrió con el vuelo 402 de Canadian Pacific Airlines, que intentaba realizar un aterrizaje nocturno en el aeropuerto de Tokio. El mal tiempo, caracterizado por baja visibilidad y fuertes ráfagas de viento, llevó a los pilotos a un aterrizaje fallido. La aeronave se estrelló en la pista, causando la muerte de 54 personas de las 72 a bordo, incluidos los pasajeros y los miembros de la tripulación. Solo ocho sobrevivientes emergieron de los escombros en medio de una atmósfera de caos y desolación.
El Vuelo 911 de BOAC: El Segundo Golpe Fatal
Mientras las autoridades intentaban controlar la situación en la pista, el vuelo 911 de British Overseas Airways Corporation (BOAC) estaba preparándose para despegar. El avión, con destino a Hong Kong y con una tripulación de 11 personas y 113 pasajeros a bordo, se encontraba en el aeropuerto debido a una parada no programada por el mal tiempo. Los pasajeros del vuelo 911 fueron testigos del siniestro del vuelo 402 antes de abordar, sin imaginar que su destino sería igualmente trágico.
El Desenlace Fatal sobre el Monte Fuji
Poco después del despegue, mientras el vuelo 911 sobrevolaba el Monte Fuji, la aeronave se vio envuelta en una turbulencia extrema. El avión fue golpeado por una ráfaga de viento tan poderosa que causó el colapso del estabilizador vertical de la cola. Este fenómeno de turbulencia, conocido como “onda de montaña”, es provocado por el flujo irregular de aire que desciende desde el Monte Fuji, generando ráfagas que superan los 100 kilómetros por hora. Las consecuencias fueron devastadoras: el avión perdió partes cruciales como los motores y las alas, y los pilotos no pudieron recuperar el control.
El vuelo 911 se precipitó en picada, y los 124 ocupantes a bordo no sobrevivieron al impacto. La fuerza de la ráfaga de viento y la subsecuente turbulencia extrema llevaron a una pérdida completa de la estabilidad de la aeronave, culminando en una tragedia sin precedentes.
Investigaciones y Lecciones Aprendidas
Las investigaciones posteriores revelaron que el accidente del vuelo 911 fue el resultado de una combinación de condiciones meteorológicas adversas y un fenómeno de turbulencia conocido. La “onda de montaña” demostró ser un desafío significativo para los pilotos, quienes no estaban completamente preparados para enfrentar la intensidad del viento y las turbulencias generadas.
Estos eventos subrayan la importancia de la meteorología en la aviación y la necesidad de preparación y equipamiento adecuados para enfrentar condiciones climáticas extremas. La tragedia de 1966 dejó una marca indeleble en la historia de la aviación y en la memoria colectiva, recordándonos la fragilidad de la vida y la importancia de la seguridad aérea.