• Es tan sencillo como una báscula de baño. Pesa tres kilos, usa baterías y es portátil, lo que permitirá acercarlo a clínicas de primer nivel de atención, a clínicas rurales, donde no existe esta tecnología ni la capacitación profesional clínica con respecto a alteraciones de balance o control postural.
Investigadores y estudiantes de la Unidad Académica Profesional Tianguistenco y las facultades de Ingeniería y Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) desarrollan una plataforma que permitirá diagnosticar alteraciones de balance o control postural, principalmente en adultos mayores, con un grado de confiabilidad superior a 80 por ciento, muy similar a una prueba clínica que puede realizarse en algún laboratorio especializado.
El Profesor de Tiempo Completo de la UAEMéx y miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII), Ángel Gabriel Estévez Pedraza, indicó que este trabajo se desarrolla en conjunto con expertos del Departamento de Gerontecnología del Instituto Nacional de Geriatría (INGER).
“Trabajamos en una línea de investigación para identificar pacientes con riesgo de caída, a partir de métricas del equilibrio del adulto mayor. Cuantificamos y procesamos la señal del balaceo postural que tiene una persona y, con base en ello, podemos elaborar un diagnóstico”, explicó.
El dispositivo que desarrollamos, abundó Estévez Pedraza, es tan sencillo como una báscula de baño. Pesa tres kilos, usa baterías y es portátil, lo que permitirá acercarlo a clínicas de primer nivel de atención, a clínicas rurales, donde no existe esta tecnología ni la capacitación profesional clínica con respecto a alteraciones de balance o control postural.
“Nuestra plataforma no se compara con los instrumentos de grado laboratorio, que llegan a pesar hasta 100 kilos y costar arriba de medio millón de pesos. Básicamente, tiene cuatro sensores, uno en cada esquina, y lo que hace es cuantificar el movimiento hacia la izquierda, derecha, adelante y atrás, así como registrar una señal llamada centro de presión, que es la que nosotros estudiamos para poder diagnosticar alteraciones de balance, riesgo de caída, miedo a caer y caídas en el último año, etcétera. Lo único que necesita es una superficie horizontal, nivelada y que el adulto mayor esté sobre el dispositivo dos minutos”, dijo.
Cuando analizamos, precisó, la señal del centro de presión de un adulto mayor sano comparado con, por ejemplo, un adulto mayor con Parkinson o Alzheimer los parámetros que calculamos son estadísticamente diferentes. Existe evidencia significativa y discriminatoria entre una persona sana y una persona con una afectación en el sistema nervioso central, llámese demencia senil, esquizofrenia o Parkinson.
Así, sostuvo, con base en la ingeniería y ciencia de datos, los ingenieros apoyamos al profesional de la salud a reforzar su diagnóstico o garantizarlo. Desarrollamos un sistema que ahorra todo un protocolo y que permite cuantificar todo en tan solo dos minutos, sin generar estrés, nerviosismo o inquietud en los pacientes. Optimizamos el proceso para el diagnóstico, con un resultado con una confiabilidad similar a la de un diagnóstico clínico.
En la UAEMéx, puntualizó, desarrollamos la plataforma, mientras que en el INGER han trabajado en el reclutamiento de los pacientes y su aplicación con una buena praxis con el adulto mayor.
Finalmente, Ángel Gabriel Estévez Pedraza señaló que la plataforma funciona, pero siguen trabajando en el perfeccionamiento de sus algoritmos para aumentar la confiabilidad del diagnóstico. Una vez afinado este tema, concluyó, vendría la retroalimentación sobre la práctica clínica y luego, previo convenio entre la UAEMéx y el INGER, continuarían hacia el patentamiento.