Por Mayté Garcia Miravete
En un momento crítico para la democracia mexicana, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) enfrenta una amenaza que pone en peligro el acceso de los ciudadanos a la información pública y, con ello, la capacidad de solicitar rendición de cuentas al gobierno. La posible desaparición del INAI, no solo representa un retroceso en la lucha por la transparencia, sino que también compromete los derechos fundamentales de los mexicanos.
Desde su creación, el INAI ha sido una pieza clave en la construcción de un México más justo y transparente. Su función es clara: garantizar que cada ciudadano tenga acceso a la información que posee el Estado, información vital para la toma de decisiones informadas, la fiscalización de los recursos públicos, y la prevención de abusos de poder.
Por su parte, el derecho a la transparencia no es un capricho ni un lujo. Es un derecho fundamental en cualquier democracia moderna, pues permite que los ciudadanos sepan el destino de los recursos públicos, que se informen sobre las decisiones que les afectan, y que puedan exigir cuentas claras a sus gobernantes. En un país con un largo historial de corrupción y abuso de poder, el INAI representa uno de los pocos órganos efectivos que la sociedad civil tiene para mantener al gobierno bajo control.
Sin embargo, la propuesta de transferir las funciones del INAI a la Secretaría de la Función Pública (SFP) genera serias preocupaciones. La doctora Jacqueline Peschard, excomisionada presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), lo ha señalado con claridad: “La SFP no puede tomar las funciones del INAI, porque en primera: “la Función Pública es parte del gobierno, entonces como parte de éste, su titular es nombrado por el presidente o la presidenta de la República (…) se genera ahí un conflicto de interés, porque el que está vigilando es el mismo que es vigilado”. Esta reflexión pone de manifiesto la contradicción de querer que una institución gubernamental, bajo control del Ejecutivo, asuma el papel de vigilancia que debe ser ejercido de manera autónoma e independiente.
La desaparición del INAI representaría quitar a los ciudadanos una herramienta vital para ejercer sus derechos. Sin la transparencia garantizada, el poder se volvería más opaco, difícil de fiscalizar y, como consecuencia, más propenso a la corrupción.
Es en este contexto donde la frase “Cuando el gobierno oculta, el pueblo pierde” cobra un significado profundo. Porque cuando el acceso a la información se restringe, quienes pierden no son solo los ciudadanos en forma individual, sino la sociedad en su conjunto.
Es obligatorio reflexionar sobre lo que está en juego. El INAI no es solo una entidad administrativa; es el garante de la democracia participativa en México. A través de él, cualquier persona puede solicitar información sobre el uso de los recursos públicos, contratos gubernamentales, políticas implementadas, entre otros temas. Este mecanismo de transparencia es fundamental para identificar casos de corrupción, para exigir justicia, y para promover un gobierno transparente, más abierto y cercano a sus ciudadanos.
Por ello, la desaparición del INAI sería un golpe devastador para los derechos de los ciudadanos mexicanos. Representaría un retroceso de décadas en el avance hacia una sociedad más transparente, informada y participativa. Es así, que no debemos permitir que esto suceda. La defensa del INAI es, también, la defensa de nuestra democracia, de nuestra libertad y de nuestro derecho a saber.
Hoy, más que nunca, es vital que la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y cada ciudadano levantemos la voz en defensa del INAI. No podemos permitir que se nos arrebate este derecho fundamental. Es momento de unir fuerzas y dejar claro que la transparencia no se negocia, que el acceso a la información es un derecho inalienable y que el INAI es intocable.
En una democracia, el poder debe rendir cuentas a quienes lo otorgan: los ciudadanos. Y para que esa rendición de cuentas sea posible, el acceso a la información es central. Por eso, hoy más que nunca, debemos decir con fuerza: Cuando el gobierno oculta, el pueblo pierde. Defender al INAI es defender nuestro futuro como nación.