Raúl Contreras Bustamante
El pasado jueves 22 tuvo verificativo la realización de una ceremonia solemne en la Cámara de Senadores de la República para consagrar en el Muro de Honor del recinto parlamentario el nombre de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Con la asistencia —en calidad de invitados de honor— del rector de nuestra Máxima Casa de Estudios, Leonardo Lomelí y de los exrectores José Sarukhán, Juan Ramón de la Fuente, José Narro y Enrique Graue, de casi la totalidad de los integrantes de la Junta de Gobierno, directivos y maestros universitarios distinguidos, la directiva de la Cámara alta organizó una ceremonia muy emotiva y significativa.
Resultó muy emotivo escuchar a Miguel Ángel Mancera, Beatriz Paredes, Elvia Marcela Mora, Navor Rojas, a la presidenta de la Mesa Directiva, Ana Lilia Rivera y, por supuesto, a Ricardo Monreal hablar de lo que significa la UNAM en la vida del país.
Se dijeron cosas importantes como reconocer que la universidad ha sido un factor clave para la consolidación de la República; que ha contribuido a la formación y labor de millones de profesionistas en todas las materias; que ha ayudado a combatir la ignorancia y los prejuicios; que ha fomentado el nacionalismo, patriotismo y amor por México.
Se recordó en varias ocasiones la labor de José Vasconcelos, autor del lema que desde ese día habrá de servir de inspiración en el futuro al trabajo parlamentario. Su trascendencia de haber sido el primer secretario de Educación Pública; de sus esmeros visionarios de emprender una campaña de alfabetización, convocando los esfuerzos de los universitarios, a quienes pidió devolvieran un poco al pueblo lo que habían aprendido.
Se expresó el beneplácito de que 35% de todos los que han recibido la Medalla Belisario Domínguez hayan sido universitarios destacados, que la UNAM está reconocida entre las 100 mejores universidades del mundo, y del orgullo de las familias mexicanas de tener dentro de ellas a algún universitario de nuestra alma mater.
Miguel Ángel Mancera habló del significado que tenía que el Senado hubiera aceptado inscribir el nombre de la universidad de la nación en los muros del recinto y que implicaba el compromiso de los futuros legisladores de tener que defenderla a ella y a su autonomía.
Beatriz Paredes dijo que es una realidad saber y aceptar que los países podrán llegar hasta donde sus universidades lo permitan. Y que ello obliga a tener solidaridad con el papel trascendente que la ha tenido en la vida de la nación nuestra máxima casa de estudios. Y remató con una bella frase del rector Javier Barros Sierra. “La UNAM es el espejo del mejor México posible”.
Por su parte el senador Ricardo Monrealdijo que se sentía satisfecho de haber promovido este reconocimiento que la casa del federalismo hacía, pero que, aunque había sido tardío, era un justo reconocimiento a la labor que la universidad ha hecho para contribuir a la grandeza de México.
Dijo cosas trascendentes como que 18 millones de personas hemos pasado por sus aulas; que sin la UNAM, México no existiría como es, porque la discriminación y las injusticias sociales se habrían perpetuado.
Y destacó el hecho de que después de 200 años de existencia del México independiente, habrá por fin una mujer al frente de la Presidencia de la República, y que no es casual que Claudia Sheinbaum sea egresada precisamente de la universidad homenajeada.
Como Corolario, el lema de la UNAM que quedó consagrado en el Muro de Honor del Senado: “Por mi raza hablará el espíritu”.