Por Jesús Franco
Desde hace más de un lustro en México se ha debatido la necesidad de contar con una ley que regule el ciberespacio. La iniciativa de reforma a la Ley Federal de Ciberseguridad, presentada por los senadores de Morena, Checo Pérez Flores y Rafael Espino de la Peña,, fue turnada en febrero pasada a las comisiones unidas de Justicia, de Derechos Digitales y de Estudios Legislativos Segunda.
Entre otras cosas, lo que busca esta ley es garantizar la seguridad nacional mediante la defensa del espacio digital y crear un marco legal que permita sancionar o tipificar los ciberataques.
También, busca atacar de raíz el Turismo sexual de niñas, niños y adolescentes o de personas que no tienen la capacidad de comprender el hecho o de resistir la conducta, así como la Pornografía Infantil. Esto, sin duda, ayudará a que la Deep Web deje de ser ese espacio oscuro donde se dejen en evidencia las múltiples redes de compra y venta de servicios sexuales de menores.
Sin embargo, al revisar la iniciativa hay varios términos que no están presentes. Uno de ellos, la Inteligencia Artificial. Quizá por la naturaleza de la iniciativa que, en buena parte, ha sido motivada por la filtración de miles de correos electrónicos de la Secretaría de la Defensa Nacional allá por 2022. Un caso conocido como Guacamaya Leaks que puso en duda los sistemas de seguridad que se manejan en instituciones que tienen como parte de sus tareas la seguridad nacional.
El debate se ha centrado en los sistemas de protección con los que deben contar las instituciones mexicanas para evitar el robo de información o la intromisión en sistemas, por ejemplo, financieros. De igual forma, dejar en claro el sistema punitivo al que deberá responder todo aquel que robe información o cometa algún tipo de delito sexual en el ciberespacio. Sin embargo, temas como la Inteligencia Artificial o Deepfake aún no encuentran cabida en este tipo de iniciativas.
Ha sido en foros alternos donde se comienza a hablar de la necesidad de integrar en este tipo de iniciativas conceptos una regulación o mejor entendimiento sobre la Inteligencia Artificial. ¿Cuáles son sus alcances? ¿Cuáles son sus repercusiones negativas (o positivas)? ¿Bajo qué rama del Derecho puede y debe analizarse? Dudas genuinas que poco a poco comienzan a entenderse luego de ver los productos que se crean con este tipo de inteligencia.
Por ejemplo, de acuerdo con la Iniciativa Nacional para la profesionalización y estudios en materia de Ciberseguridad (NICCS por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la ciberseguridad es la actividad o proceso, habilidad o capacidad, o estado por el cual los sistemas de información y comunicación, así como la información contenida en ellos, se encuentran protegidos y/o son defendidos contra daños, uso o modificación no autorizados, o su explotación. De lo anterior, podemos deducir que la ciberseguridad se refiere al proceso de proteger la información o sistemas de información, mediante la prevención, detección y respuesta a uno o varios ciber ataques. Bajo este precepto, una de las aplicaciones de la Inteligencia Artificial es el Deepfake, con el que se crea un contenido distorsionado basado en un algoritmo que replica patrones. El resultado: contenido falso, distorsionado y sacado de contexto que puede generar daños graves en cualquier ámbito. Esto no es exclusivo de la política, por decir lo menos.
Industria musical estadounidense VS Deepfakes
Tal vez habría que tomar el ejemplo de Estados Unidos en el que ya se debate una ley para combatir los Deepfakes generados por la Inteligencia Artificial en la industria de la música. Con esto, se busca que las voces e imágenes de individuos estén protegidos por la ley y así evitar que terminen en un video manipulado. Las grandes discográficas como Warner Music, Universal Music y Sony Music han respaldado la iniciativa bajo el argumento de proteger la identidad de los creadores y limitar el contenido no autorizado generado por la Inteligencia Artificial.
El objetivo de esta ley es claro: permitirles a artistas y creadores de música que se pueda eliminar del ciberespacio cualquier video o canción hecha bajo el modelo Deepfake.
Pero de nada servirá regular el ciberespacio si no existe una verdadera cultura y educación para entender y conocer los alcances del mal uso de herramientas informáticas. El camino es largo, pero es momento de empezar a pavimentarlo con debates, foros y, sobre todo caer en cuenta que la Inteligencia Artificial cada vez se democratiza más y queda al alcance de todos.