QUE HABLEN…

 

Nada desestabiliza más las actuaciones de un ser humano que los rumores o comentarios de boca en boca, esos que referencian nombres y se ocupan de dar relevancia a determinadas situaciones.

Crear y creer en chismes y rumores resulta común, hay un innegable interés en la vida de los demás y en lo que sucede a su alrededor, luego la nformación sensacionalista o escandalosa es atractiva y entretenida, mucho más que las mismas verdades.

Por lo general todos queremos sentirnos parte de un grupo, esto nos lleva a compartir información “privilegiada” con otros, tomando distancia de mantener un espíritu crítico que cuestione y determine la información que recibimos.

Es tan sencillo desestabilizar a un político cuando se afecta su reputación y credibilidad, hacerlos vulnerables e inseguros, es algo de lo que se ocupan expertos entendidos del mercado emocional.

Ser mencionados para bien o para mal convierte nuestro entorno en una referencia perturbadora que satisface o contrasta el ego y la vanidad, lo que explica que en política muchos evolucionan cuando asumen que hacer parte de comunicaciones positivas o negativas es inherente a este ejercicio.

Acabar con los chismes puede ser un desafío, hay que hacer constante verificación de la información, difundir solo lo que esté confirmado y priorizar una agenda que jamás responda al entusiasmo, olfato o intuición, si a la experiencia y la prueba.

Practicar la empatía y ponerse en el lugar del otro puede ayudar a evitar difundir información perjudicial, cada uno de nosotros tiene el poder de detener el ciclo de los comentarios omitiendo su impacto, pues “como Como los bostezos el rumor extiende sin mucha explicación”.

Exitoso en política es aquel que sabe y entiende que hablarán de él, lo asume y hasta se “insulta”, está en la capacidad de aguantar, sabe que está bien que hablen bien o mal, pero que hablen.

Por FREDDY SERRANO DÍAZ
Estratega Político.