El peso mexicano concluyó el primer semestre del año con una depreciación del 7.77%, a pesar de haber mostrado fortaleza frente a un dólar debilitado durante varios períodos. La moneda nacional cerró la sesión de este viernes en 18.28 pesos por dólar, registrando un avance de 12 centavos (0.67%) respecto al cierre del día anterior, aunque aún enfrenta el desafío de recuperarse de las pérdidas acumuladas en los últimos meses.
El inicio del año fue prometedor para el peso, alcanzando niveles óptimos en abril y mayo que no se veían desde hace más de ocho años. Sin embargo, la incertidumbre política generada por las recientes elecciones presidenciales y legislativas en México afectó su estabilidad. La victoria de Morena con mayoría calificada en el Congreso tomó por sorpresa a los mercados, desencadenando una depreciación que llevó al peso a rozar la barrera de las 19 unidades por dólar en operaciones al mayoreo.
Aunque desde entonces la moneda ha mostrado cierta estabilización, el mercado continúa cauteloso ante las futuras reformas constitucionales propuestas por el gobierno entrante, las cuales podrían impactar significativamente en la economía y la percepción de riesgo para los inversionistas.
En el ámbito bursátil, el índice S&P/BMV/IPC de la Bolsa Mexicana de Valores cerró la semana con un leve avance del 0.25%, pero no pudo recuperarse de las pérdidas acumuladas, cerrando la primera mitad del año con una caída del 8.62%.
Por otro lado, el crudo mexicano ha tenido un desempeño positivo en lo que va del año, con la mezcla mexicana de exportación alcanzando los 76.70 dólares por barril al cierre de la sesión, impulsado por tensiones geopolíticas en Medio Oriente y una menor oferta en el mercado global.
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