Educación y creatividad

Por Raúl Contreras Bustamante

El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, mejor conocido por sus siglas en inglés como PISA —del que ya hemos hablado en este espacio—, es un ejercicio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que se aplica cada tres años a las alumnas y alumnos de 15 años, enfocada en medir sus competencias en cuestiones de lectura, matemáticas y ciencias.

Al momento de que un millón de estudiantes abandonaron educación básica a partir de la pandemia y aún sin saber a ciencia cierta si México seguirá participando en la prueba en el futuro inmediato, los resultados PISA 2022 fueron publicados de manera reciente.

Participaron 64 países, con un elemento distinto a las ediciones pasadas, pues se incluyó una nueva competencia innovadora: el pensamiento creativo en la generación, evaluación y mejora de las ideas que puedan dar lugar a soluciones originales y eficaces que les permitan hacer avanzar en el conocimiento y resulten ser expresiones de la imaginación.

La OCDE señala que el promedio que obtuvieron los países participantes fue de 32.7 puntos en una escala de 60. Los tres países mejor evaluados fueron Corea del Sur, Canadá y Australia con calificaciones de entre 37 y 38 puntos; y los valorados con menor puntaje fueron Chipre y Bulgaria, con puntajes de 23.7 y 20.7, respectivamente.

Nuestro país fue evaluado por debajo del promedio, con una calificación de 29 puntos. Dentro de los factores de interés, se identificó que existen resultados heterogéneos con un diferencial negativo de 8.4 puntos entre la población favorecida y la más desfavorecida económicamente; así como un diferencial de 11 puntos a favor en la población nativa, con respecto a los encuestados con antecedentes de inmigración.

Los resultados revelan que los factores sociodemográficos inciden en la adquisición de capacidades para el desarrollo. Si bien la creatividad no es desarrollada de manera exclusiva en las instituciones educativas, se requiere práctica en la vida cotidiana.

También resulta cierto que son importantes los lugares de socialización, por lo que la autoridad educativa deberá fomentar un clima propicio para el desarrollo creativo. Entre otras, la adopción de pedagogías imaginativas en el aula, mayor oferta y participación de actividades en la materia, así como la digitalización con propósitos adecuados.

Es importante considerar que uno de los lacerantes problemas en materia de políticas públicas, es el que cada sexenio las nuevas administraciones suelen dar golpe de timón en la visión para combatir los rezagos; aunado a que estos cambios no son acompañados de presupuesto suficiente ni de una estricta vigilancia y ni evaluación.

La virtual Presidenta electa tiene un gran reto en materia de la promoción del aprendizaje de excelencia, inclusivo, pluricultural, colaborativo y equitativo, para hacer efectivo el disfrute del derecho humano a la educación, que representa el mejor y más democrático elevador social de los mexicanos.

No olvidemos que la vigilancia y la evaluación de la calidad y de la cobertura universal de la educación permitirán detectar aciertos y áreas de oportunidad, a fin de posibilitar el desarrollo integral de las personas y, en consecuencia, la prosperidad de la nación.

Si en verdad queremos sacar a personas de la pobreza, tenemos que apostar por medidas a mediano y largo plazos, creando un mejor sistema educativo nacional que contribuya a forjar a los mejores estudiantes que el país necesita.

Como Corolario la frase de Jean Piaget: “El objetivo principal de la educación es crear personas capaces de hacer cosas nuevas, y no repetir lo que otras generaciones hicieron”.