Verano: turismo ético con vacaciones sostenibles para todos los bolsillos

Verano: turismo ético con vacaciones sostenibles para todos los bolsillos

Verano: turismo ético con vacaciones sostenibles para todos los bolsillos

Opciones sostenibles y accesibles

Cada verano, organizar los días de descanso implica decidir entre destinos cercanos o lejanos, tipos de alojamiento y medios de transporte. Sin embargo, el impacto climático de los viajes y sus consecuencias económicas y sociales para las poblaciones locales complican aún más estas decisiones. El turismo ético, que busca respetar los destinos y a sus habitantes, evitando la gentrificación y la masificación, se presenta como una solución. Pero, ¿existen opciones sostenibles accesibles para todos los bolsillos?

El concepto de turismo ético

El turismo ético busca minimizar los impactos sociales, ambientales y económicos negativos del turismo y maximizar sus beneficios. Aunque el Código Ético Mundial para el Turismo pretende proteger a las comunidades locales, su enfoque principal es el respeto y comprensión hacia los turistas, olvidando frecuentemente a los residentes. Freya Higgins-Desbiolles, investigadora de la Universidad de South Australia, destaca que el concepto de turismo ético se ha desarrollado a partir de la comprensión de los impactos negativos del turismo, pero no aborda completamente las injusticias estructurales resultantes del capitalismo neoliberal.

Desafíos y soluciones

Macià Blázquez, catedrático de la Universitat de les Illes Balears, señala que el final del turismo barato y el encarecimiento de la energía están llevando a un escenario de elitización del turismo. Ernest Cañada, coordinador del centro de investigación Alba Sud, advierte que resolver los problemas del turismo no puede depender únicamente de decisiones individuales o apelaciones a la ética personal. Los grandes lobbies empresariales y la Administración deben trabajar para conseguir un retorno más equilibrado de la actividad turística para los territorios y la ciudadanía.

Para viajar de manera ética sin gastar una fortuna, se recomienda el turismo de proximidad, que se popularizó durante la crisis del coronavirus. Este tipo de turismo no solo es más barato, sino que también permite conocer mejor el entorno cercano. Actividades como leer, dormir más o realizar actividades locales pueden ser igual de enriquecedoras. Aunque permanecer en casa puede ser una opción más sostenible, también se pueden planificar viajes largos de manera consciente, centrándose en lo local y asegurándose de que la visita beneficie a las comunidades locales.

Medidas para el turismo ético

El modo de transporte y el tipo de alojamiento juegan un papel crucial en el turismo ético. Descartar el crucero por sus altas emisiones, utilizar el avión solo para desplazamientos largos y optar por el tren o el coche compartido son opciones más sostenibles. En cuanto al alojamiento, una red informal de amigos y familiares puede reducir costos y permitir una mejor conexión con el territorio. Incluso al elegir hoteles o servicios como AirBnb, es posible tomar decisiones más conscientes, como elegir viviendas con licencia turística y evitar barrios saturados de oferta.

Finalmente, las actividades a realizar en el destino deben tener en cuenta el impacto en la comunidad local. Optar por lugares menos conocidos y caminar por la naturaleza puede ser una forma de disfrutar de las vacaciones sin contribuir a la masificación turística.


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