Por: Liébano Sáenz
“No está en las estrellas llevar nuestro destino sino en nosotros mismos, querido Brutus”.
William Shakespeare
La vida sigue y es importante frente al desenlace de la elección pensar en las nuevas tareas, retos y batallas a partir de la claridad de lo que se quiere. Las elecciones no sólo son una fórmula para que un grupo prevalezca sobre otro, también significan competencia de proyectos que exceden a los candidatos y a los partidos, más ahora cuando la institucionalidad democrática está de por medio.
Es comprensible que en el sector de los no favorecidos haya desencanto y tristeza, también negación de lo fundamental sobre lo acontecido. Soy de la opinión que reducir todo al fraude electoral o a la interferencia del Presidente en los comicios es una forma de eludir la realidad. Tampoco creo que los partidos o los candidatos opositores sean la explicación. La razón remite a la sociedad y creo que ni perdedores ni ganadores la han entendido, aunque los segundos sí han sacado provecho de la insatisfacción y del anhelo colectivo al bienestar y a la esperanza.
Las tareas adelante implican defender la causa que se suscribe a partir de una nueva realidad, por cierto, muy adversa para quienes suscribimos la necesidad de defender la institucionalidad democrática. Realismo no es licencia al fatalismo, justo lo contrario, identificar rutas y coyunturas que permitan avanzar en la defensa de la causa, siempre con la confianza de que lo que se defiende bien lo vale.
Es un desafío mayor defender la causa ante la adversidad. Se debe hacer, como decía nuestro querido Luis Donaldo Colosio, “todos, todo el tiempo, en todo lugar”. Considero que nuestra energía debe centrarse ahora en lo que viene. Al parecer la batalla para acotar la sobrerrepresentación no será resuelta en favor de la democracia. De ser así es indispensable la cohesión opositora en el Senado y deconstruir la iniciativa para la elección por voto directo de juzgadores y con ello la consecuente desaparición de los contrapesos entre poderes. Deconstrucción que implica exponer razones al margen del prejuicio y, también, de no lograrlo, al menos buscar la aplicación práctica del cambio impuesto por partes, no para todo el Sistema Judicial Federal al mismo tiempo y con previsiones a partir de resultados.