Pedro Isnardo de la Cruz y Juan Carlos Reyes
El Presidente AMLO decidió desde muy joven entender el significado del Ser mexicano, recorrió todo el territorio nacional, conversó con sus habitantes, les escuchó con atención, se dio cuenta de sus adversidades cotidianas.
Siempre leyendo y estudiando la historia patria, entendiendo los avatares que atravesamos para darnos soberanía y proyecto nacional.
Es una tarea que le ha llevado más de 60 años, desarrollar sensibilidad, conocimiento del México profundo, entender las formas de actuar y de solidarizarse ante las dificultades comunitarias.
Recordemos cómo percibe el dolor que sufre su docente de educación secundaria cuando decide ponerse en huelga de hambre para protestar por los acontecimientos represivos al movimiento de 1968.
Rodolfo Lara Lagunes, su maestro, de formación guerrillera, nos lo relata y damos cuenta en el libro “Para entender la 4T” (2019).
Es un hombre de poder, nos insistió Chelalo Beltrán, quien tuvo la deferencia de acompañarnos y presentar nuestro libro en Villahermosa, Tabasco.
La herencia religiosa, cristiana, el aprendizaje recibido de la política, la literatura, la antropología y la poesía en la visión de Carlos Pellicer, edifica en ese joven sureño una vocación social sólida, arraigada profundamente en su temperamento.
El acercamiento al marxismo a la mexicana en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM de los 80 ‘s, confirma al joven universitario Andrés Manuel López Obrador, que no podrá darse un desarrollo económico y social pleno en México si no se vencen las desigualdades.
El momento definitorio de su formación intelectual y expansión profesional lo toma del contacto con las comunidades indígenas de Tabasco: su inmersión en la Chontalpa, a 45 grados centígrados, forjan un carácter bronco, inflexible, terco, apasionado y tozudo.
Nada lo desvía del objetivo, necesita poder para imponer su verdad.
Una y otra vez recorre el país, una y otra vez pelea por alcanzar la Presidencia, el instrumento de poder transformador o reproductor del status quo.
Alcanza el poder político, lo ejerce a plenitud, impone su visión y cosmovisión, posee dotes de expresión, carisma y comunicación política como nadie.
Delinea su estrategia, ningún líder de izquierda conoce el andamiaje electoral mexicano como él. Diseña milimétricamente los pasos a seguir para abrazarla creando una fuerza política – movimiento nacional alternativo que él liderará.
Todos los grupos de interés y de presión son analizados, estudiados, buscados y alineados para sumarse al nuevo proyecto de nación.
Voluntaria o involuntariamente todos los dirigentes fácticos son invitados a conversar sobre su espacio de poder, su lugar, su papel en la nueva República ante la nueva oferta de pacto social.
Prácticamente todos aceptan y quienes no, le confrontan.
No hay simulación, las élites se suman presurosas, se acomodan, ceden todo con tal de seguir como actores protagónicos en la película de la historia.
El pueblo agradece leal el apoyo real que baja vertical hasta su bolsillo y sus condiciones materiales de vida, como un alud de flechas de Estado que buscaron el blanco sin desviaciones: el presupuesto social, inmenso, irriga puntualmente 28 millones de corazones mestizos.
La simbiosis, la narrativa, la retórica de la República social entre poder y pueblo están cimentadas.
No había nada que pudiesen hacer sus adversarios: un muro sólido dentro de las conciencias de los beneficiarios del diseño de apoyos sociales es infranqueable.
La gente votó por AMLO, su proyecto, sus aliados y su equipo.
No partió, no dividió su voluntad, todo o nada, de decisión y convicción.
La Dra. Sheinbaum fue la más eficiente lectora de la mente política del Presidente sobre el proceso sucesorio, y en la elección constitucional, se mostró organizada, estructurada, con férrea disciplina, jugó las batallas y entendió el humor y las exigencias de los tiempos.
Ahora es la responsable de delinear el futuro del país con magnanimidad, prudencia, benevolencia, ecuanimidad.
35 millones de votos significan recibir un poder inmenso.
La responsabilidad recibida es gigante tal como debe serlo el talento de la científica de la UNAM para lograr que transiten procesos de gobernanza, se asiente la democracia y se garanticen las libertades.
A los ojos de las generaciones de electores que sellaron el triunfo del Presidente AMLO en 2018 y la victoria de la 4T y de la Dra. Sheinbaum el 2 pasado de junio, los atributos, los códigos de interpretación de la realidad y las oportunidades de acceder al poder y a posiciones de gobierno, han dejado de ser patrimonio de los mismos de siempre.
Las bases de un nuevo régimen político y de hacer política en México enraizan.
La ruta de las emociones sociales soberanas está ya entre nosotros.