Un Jueves de Corpus que Marcó la Historia
El 10 de junio de 1971, conocido como el “Halconazo” o “Jueves de Corpus”, es recordado como uno de los episodios más violentos de represión estudiantil en la historia de México. A más de 50 años de este trágico suceso, la efeméride sigue viva en la memoria colectiva, recordando la importancia de la libertad de manifestación y expresión.
Contexto Histórico del Halconazo
El Halconazo ocurrió en un contexto de agitación social y política en México, marcado previamente por la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. Pese a la brutal represión, los movimientos estudiantiles continuaron, destacando la lucha por la autonomía de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) en los primeros años de la década de 1970.
En apoyo a sus compañeros de Nuevo León, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) convocaron una manifestación en la Ciudad de México. La marcha, que pretendía partir del Casco de Santo Tomás hacia el Zócalo, buscaba también impulsar una reforma educativa y mejoras en el sistema de educación.
La Represión del 10 de Junio
La tarde del 10 de junio de 1971, la manifestación fue brutalmente interrumpida por los “Halcones”, un grupo paramilitar financiado por el gobierno. Antes de que los estudiantes pudieran siquiera abandonar las inmediaciones del Casco de Santo Tomás, los Halcones los atacaron con una violencia desmedida. Este grupo, aunque no oficialmente reconocido como parte del Estado, operaba para sofocar cualquier intento de organización social.
Régimen de Represión
Tanto la matanza de Tlatelolco en 1968 como el Halconazo de 1971 ocurrieron bajo gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el primero bajo Gustavo Díaz Ordaz y el segundo bajo Luis Echeverría. Estos eventos dejaron un saldo de más de 300 personas fallecidas, aunque las cifras oficiales son inexistentes y se cree que el número real podría ser mucho mayor.
Memoria Visual: Fotografías del Halconazo
El repositorio digital Memórica del gobierno de México ha recopilado una serie de fotografías históricas que documentan el Halconazo del 10 de junio de 1971. Estas imágenes, algunas de autor desconocido, provienen del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México y colecciones privadas ahora accesibles al público. A continuación, se presentan 10 fotos históricas que capturan la tragedia y el horror de aquel día:
Estudiantes en Protesta
Una imagen de los estudiantes marchando pacíficamente antes del ataque, mostrando la determinación y esperanza en sus rostros.
La Intervención de los Halcones
Fotografía que muestra el momento en que los Halcones irrumpen en la marcha, armados y listos para atacar.
La Confrontación Violenta
Una imagen desgarradora de la brutal represión, con estudiantes tratando de defenderse o huyendo del ataque.
Heridos y Caídos
Fotografía de estudiantes heridos siendo auxiliados por sus compañeros en medio del caos y la confusión.
Desolación en el Casco de Santo Tomás
Una vista panorámica de las inmediaciones del Casco de Santo Tomás, con rastros de la violenta represión y cuerpos en el suelo.
Intervención Médica
Imagen de la asistencia médica improvisada para los heridos, reflejando la gravedad de las lesiones y la urgencia del momento.
Resistencia y Solidaridad
Fotografía de estudiantes y ciudadanos mostrando solidaridad, ayudando a los heridos y enfrentando juntos la tragedia.
La Marcha Truncada
Imagen que captura la desolación de la marcha interrumpida, con pancartas y banderas caídas en el suelo.
Detención de Estudiantes
Fotografía de estudiantes siendo detenidos y llevados por las fuerzas del orden, mostrando la represión estatal en su máximo exponente.
Memoria y Lucha
Una imagen simbólica de los estudiantes sobrevivientes que, a pesar de la violencia, continúan su lucha por la justicia y la libertad.
El Halconazo del 10 de junio de 1971 sigue siendo un recordatorio doloroso de los extremos a los que puede llegar la represión estatal. Las imágenes recopiladas en Memórica no sólo documentan la tragedia, sino que también preservan la memoria de aquellos que lucharon y sufrieron por la libertad de expresión y la justicia social. Es vital mantener viva esta memoria para evitar que tales atrocidades se repitan y para honrar a las víctimas de estos oscuros capítulos de la historia mexicana.