Depreciación del peso mexicano: todo lo que necesitas saber
Devaluación vs Depreciación
Para entender el panorama actual del peso mexicano hace falta tener presente la diferencia entre depreciación y devaluación. En ese sentido, la devaluación es la pérdida de valor de la moneda nacional en relación a las extranjeras, lo que provoca que las exportaciones bajen su precio y las importaciones se vuelvan más caras. Es decir, si tenemos un euro, dólar o peso, lo que realmente tenemos es un soporte físico que acredita que somos dueños de esa parte de la riqueza guardada en cada banco central.
Por otro lado, la depreciación ocurre por sí sola y como consecuencia de la libre oferta y demanda del mercado cambiario, a diferencia de la devaluación, en la que está involucrada una entidad monetaria. La depreciación es la pérdida de valor que experimenta una moneda frente a otra. Ésta se calcula como la cantidad de dólar, por ejemplo, que se necesita para adquirir pesos mexicanos, y cuanto mayor sea este valor a través del tiempo, se presencia una depreciación de la moneda.
A nivel mundial, las monedas suelen compararse con otras divisas más fuertes como el dólar y el euro, que se usan como referencia a la hora de medir el valor de una moneda a nivel global.
Pérdida de poder de compra
Asimismo, cuando la moneda local se devalúa o se deprecia, se produce una pérdida de su poder de compra respecto a las del extranjero, dado que se hace más costosa una unidad de moneda extranjera; así, cuando vemos que la tasa de cambio aumentó, la moneda local se ha debilitado frente a la otra divisa.
Hasta al menos hace un año, la depreciación del peso mexicano no había presentado niveles tan bajos respecto al dólar. Sin embargo, los últimos días ha pasado de ser una de las monedas de mejor desempeño a una de las más depreciadas. Esto genera efectos mixtos en la economía mexicana que se reflejan en pros y contras para diferentes sectores económicos, a continuación te presentamos algunos de estos efectos.
Impacto en el sector exportador
El sector exportador se perfila como uno de los grandes beneficiados. Un peso débil abarata los precios de los bienes exportados, haciendo estos productos más atractivos y competitivos en los mercados internacionales, lo que puede incrementar la demanda.
Remesas del extranjero
Además, las personas que reciben remesas del extranjero también se benefician de la depreciación. Con un dólar más fuerte, los receptores de remesas obtienen más pesos por cada dólar enviado. Por ejemplo, si a mediados de mayo recibían casi 1699 pesos por cada 100 dólares, ahora obtienen aproximadamente 1884 pesos, un incremento significativo.
Beneficios para el Turismo
El sector turismo, crucial para muchas regiones de México, también se ve favorecido. Un peso más barato hace que el país sea más atractivo para los turistas extranjeros, incentivando el flujo de visitantes. De esa forma se generan más ingresos para las economías locales.
Desafíos para el Gobierno y empresas
Por otro lado, el gobierno y las empresas con deudas en dólares enfrentan mayores costos financieros debido a la depreciación del peso. Un tipo de cambio débil incrementa el monto de pesos necesario para cumplir con los compromisos financieros en dólares, especialmente en un contexto de altas tasas de interés.
Efectos negativos en los importadores
Los importadores también sufren las consecuencias de la depreciación. México importa una gran cantidad de insumos y bienes de capital que son esenciales para la producción de productos finales, muchos de los cuales se exportan. Un peso débil encarece estos insumos, aumentando los costos de producción.
El consumidor común también se ve afectado indirectamente por el alza en los precios de bienes importados o aquellos que contienen componentes extranjeros. Los gastos de quienes planean viajar al extranjero o tienen deudas en dólares también aumentan.
Evaluación final
Evaluar el impacto total de la depreciación del peso no es sencillo. Aunque tradicionalmente se percibe como algo negativo, la realidad muestra una combinación de ganadores y perdedores. Si bien se podría suponer que el saldo final es negativo, la situación beneficia a ciertos sectores clave de la economía, lo que complica una evaluación definitiva.
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