Por: Enrique Martínez y Morales
El próximo fin de semana se llevarán a cabo los comicios más importantes de la historia de México. Además de la presidencia de la República y la totalidad de las Cámaras de Diputados y Senadores, nueve estados elegirán a sus gobernadores y todos, salvo Coahuila, renovarán su congreso local. También casi 2 mil municipios votarán por nuevos alcaldes y sus cabildos.
Ya en la recta final es importante tener presentes tres cosas: participar en la jornada, elegir sabiamente y saber cómo votar.
En México votar es un derecho y una obligación, aunque al no existir consecuencias por no hacerlo como sucede en otros países donde se multa a quien injustificadamente no vote, el nivel de abstinencia es muy alto.
Muchos ciudadanos no nos explicamos cómo, después de haber padecido una sangrienta revolución para que el voto se respetara y de haber luchado contra viento y marea durante décadas para que las mujeres pudieran emitir su sufragio, un sector importante de la sociedad sea apático al respecto. Así que lo primero es reservar ese día para votar y convocar a todos nuestros conocidos a hacer lo propio.
La segunda es elegir, y elegir bien. Analizar sí los perfiles de los candidatos, sus currículums, su experiencia y logros pasados, pero también la corriente ideológica a la que pertenecen. La seguridad es un factor importantísimo que en otros estados han perdido por haber errado en esa elección.
Hoy nos encontramos ante una disyuntiva, y nuestras libertades, esas por las que los mexicanos luchamos desde la independencia, se ven amenazadas, lo mismo que el Poder Judicial y los organismos autónomos, logros históricos de la sociedad mexicana. Aquí juega un rol importante el llamado voto útil, y mientras no tengamos una segunda vuelta electoral hay que dirigir nuestro sufragio a quien pueda vencer a quien no represente nuestros ideales de nación.
Y la tercera es saber cómo votar. A simple vista pareciera ser muy sencillo, pero con los acuerdos actuales entre los partidos políticos existe una complicación que a veces no se percibe. Cuando participé en la elección de hace 12 años, a mi candidatura le anularon varios miles de votos, el equivalente a casi 20 puntos porcentuales, por una confusión del electorado al sufragar.
Antes, las coaliciones iban en un solo recuadro en la boleta, eliminando parte de la complicación. Ahora son candidaturas comunes y los candidatos van en varias posiciones. En Coahuila, por ejemplo, las alianzas federales son distintas a las locales, por lo que un voto válido al Senado o la Presidencia puede ser nulo para los alcaldes. Por eso lo mejor es tachar solo un recuadro, ¡arriba a la derecha!
Cumplamos con nuestro deber cívico y con nuestra consciencia, nos jugamos el futuro de nuestros hijos. Así que, ¡todos a votar!