Dos Actores de Doblaje Presentan Demanda Contra Empresa de Inteligencia Artificial Lovo
En una medida que resalta los desafíos éticos y legales que enfrenta la industria de la inteligencia artificial, dos actores de doblaje han presentado una demanda en un tribunal federal de Manhattan contra la empresa de inteligencia artificial Lovo. La compañía, con sede en San Francisco, es acusada de copiar ilegalmente sus voces y utilizarlas sin permiso en su tecnología de voz en off.
¿Quiénes Son los Actores de Doblaje que Acusan a la Empresa de IA?
Los actores Paul Lehrman y Linnea Sage, quienes presentaron una demanda colectiva, afirman que Lovo está vendiendo versiones de inteligencia artificial de sus voces sin autorización. Según los demandantes, fueron engañados para que proporcionaran muestras de voz que luego fueron utilizadas sin su consentimiento.
Declaraciones Sobre el Supuesto Fraude
Paul Lehrman y Linnea Sage están solicitando una indemnización de al menos 5 millones de dólares para el grupo afectado. Acusan a Lovo de fraude, publicidad engañosa y violación de sus derechos de publicidad. Esta demanda es parte de una serie creciente de casos en los que se acusa a empresas tecnológicas de utilizar contenidos sin autorización, como libros, artículos de noticias y letras de canciones, para entrenar sistemas de inteligencia artificial generativa.
Steve Cohen, abogado del bufete Pollock Cohen, que representa a los demandantes, señaló a Reuters: “Queremos asegurarnos de que esto no le ocurra a otras personas”. Hasta el momento, los representantes de Lovo no han respondido a las solicitudes de comentarios.
Detalles de la Demanda
La demanda detalla cómo Lehrman y Sage fueron contactados a través de la plataforma de trabajo autónomo Fiverr para realizar trabajos de locución para clientes anónimos. A Lehrman le dijeron que su voz se utilizaría solo para un “proyecto de investigación”, mientras que a Sage le informaron que su voz se emplearía únicamente en “guiones de prueba para anuncios de radio”. Sin embargo, ambos descubrieron posteriormente que sus voces habían sido reproducidas por inteligencia artificial en contextos diferentes a los acordados.