Un reciente estudio ha encendido las alarmas en el norte de Texas al revelar que casi 5 millones de residentes se ven afectados por la crisis alimentaria en este estado. Factores como la inflación, la falta de acceso a alimentos básicos, el alto costo de la vivienda y la finalización de los programas de ayuda pandémica han contribuido a esta situación alarmante.
De acuerdo con el informe “Map the Meal Gap” de Feeding America, Texas ha superado a California y ahora lidera la nación en inseguridad alimentaria. En el área de servicio del Banco de Alimentos del Norte de Texas (NTFB), aproximadamente 777,690 personas, incluyendo un alto porcentaje de niños, enfrentan dificultades para acceder a alimentos suficientes y nutritivos.
La tasa de inseguridad alimentaria infantil ha alcanzado un preocupante 20.8%, mostrando un aumento significativo con respecto al año anterior. Los datos revelan disparidades raciales y étnicas, con comunidades afroamericanas e hispanas experimentando mayores niveles de inseguridad alimentaria.
El NTFB está implementando estrategias para abordar esta crisis, incluyendo la inversión en socios comunitarios y la ampliación de servicios de apoyo integral. El año pasado, se destinaron más de $6 millones en subvenciones para fortalecer la infraestructura alimentaria local y proporcionar servicios adicionales a las familias necesitadas.
Además, se están enfocando en áreas específicas con mayor necesidad, abordando los factores subyacentes que contribuyen a la inseguridad alimentaria y ayudando a las familias de bajos ingresos a acceder a programas de asistencia como SNAP.
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