El reciente ultimátum del presidente estadounidense, Joe Biden, a Israel, ha generado un revuelo político en el país. Biden amenazó con cesar el suministro de armas ofensivas si Israel invade la ciudad gazatí de Rafah, una medida que ha despertado una serie de reacciones tanto en el ámbito nacional como internacional.
La respuesta de Netanyahu, publicada en redes sociales, ha sido indirecta pero desafiante, destacando la capacidad de Israel para defenderse por sí misma. Mientras tanto, líderes de la oposición como Yair Lapid han criticado la postura del primer ministro y su impacto en la relación con Estados Unidos.
La advertencia de Biden, realizada en una entrevista con CNN, ha desatado un debate interno en Israel, con ministros y líderes políticos expresando opiniones divergentes. Algunos, como Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, han desafiado abiertamente la postura estadounidense, mientras que Isaac Herzog ha reiterado la importancia de mantener una relación positiva con Estados Unidos.
Esta situación se produce en un contexto de escalada de tensiones en la región, con Hamas en Gaza y una guerra en curso desde octubre del año pasado. La amenaza de Biden, aunque simbólica según algunos analistas, refleja las complejas dinámicas políticas y estratégicas en juego.
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