La educación superior en el estado de Sonora enfrenta una parálisis sin precedentes. Por primera vez en sus 40 años de historia, la Universidad Estatal de Sonora (UES) se suma a una huelga, una acción que se sincroniza con la ya existente en la Universidad de Sonora (Unison), dejando un saldo de más de 50,000 estudiantes sin acceso a clases.
Inicio de la Huelga en la UES
El martes 30 de abril a las 9:00 horas, trabajadores de la UES, agremiados al Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Estatal de Sonora (SUTUES), colocaron las banderas rojinegras en las entradas de la universidad, marcando el inicio oficial de la huelga. Este movimiento fue decidido el día anterior mediante una votación donde 585 trabajadores votaron a favor y 347 en contra.
Martín Terán Gastélum, secretario del sindicato, destacó la gravedad de la situación, citando múltiples violaciones al contrato colectivo de trabajo por parte de la administración actual, incluyendo la asignación inapropiada de puestos administrativos y niveles salariales, lo cual ha afectado a los trabajadores con más antigüedad. La universidad cuenta con 18,000 estudiantes distribuidos en sus campus en Hermosillo, San Luis Río Colorado, Magdalena de Kino y Benito Juárez.
Continúa la Huelga en la Unison
Paralelamente, la Universidad de Sonora se encuentra en huelga desde el 15 de abril, afectando a aproximadamente 35,000 estudiantes de los campus de Hermosillo, Cajeme, Navojoa, Santa Ana, Caborca y Nogales. Las negociaciones fallidas en la revisión contractual y salarial 2024 entre el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (STEUS) y la rectoría llevaron a esta situación.
El Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS) también ha expresado su frustración, exigiendo un aumento salarial y mejoras en las prestaciones que compensen la pérdida de poder adquisitivo, además de solución a las infracciones del Contrato Colectivo de Trabajo.
Impacto Educativo y Social
La huelga en las dos principales universidades del estado de Sonora no solo interrumpe la educación de más de 50,000 estudiantes, sino que también pone en relieve la crisis en el sector educativo superior estatal en cuanto a la gestión laboral y el respeto a los derechos de los trabajadores. La situación afecta a un amplio sector de la comunidad académica y estudiantil, extendiendo sus repercusiones a la economía y al tejido social de la región.
El estado y las autoridades universitarias enfrentan un desafío crítico: encontrar una solución pronta y justa para los trabajadores y estudiantes afectados, con el fin de reanudar las actividades académicas y restaurar la normalidad en el sistema educativo estatal.