Hoy se celebra en México el Día del Niño, una jornada destinada a recordar los derechos de los más pequeños y la responsabilidad que tenemos como sociedad para protegerlos y garantizarles un futuro digno. Sin embargo, ¿cuál es el origen de esta fecha y qué significado tiene? Veamos un poco de su historia.
La Infancia en México a lo largo del Tiempo
Desde tiempos prehispánicos, los niños han ocupado un lugar especial en la sociedad mexicana. Considerados como un regalo divino, eran objeto de consejos amorosos y educativos, aunque también enfrentaban rigurosas disciplinas, especialmente en sociedades militarizadas como la azteca. Durante la Colonia, la suerte de cada niño estaba determinada por su origen social, reflejando desigualdades que persisten hasta hoy.
La Instauración del Día del Niño
El Día del Niño se instauró en México el 8 de mayo de 1916 en Tantoyuca, Veracruz, aunque fue hasta 1924, durante el gobierno de Álvaro Obregón, que se comenzó a celebrar el 30 de abril. Esta fecha se estableció tras la Primera Guerra Mundial, cuando la Convención de Ginebra emitió la Declaración de los Derechos de los Niños, despertando la conciencia sobre los efectos devastadores de los conflictos bélicos en la infancia.
La Protección de los Derechos Infantiles
La Segunda Guerra Mundial consolidó la preocupación mundial por los niños en conflicto, llevando a la creación del UNICEF en 1946 y, posteriormente, a la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. En México, la promulgación de la Ley de Derechos de las Niñas, los Niños y los Adolescentes en 2000, y su actualización en 2014, reflejan un compromiso por proteger sus derechos.
La Realidad Actual
A pesar de los avances legales, la realidad para muchos niños mexicanos sigue siendo desafiante. Más de la mitad de los 40 millones de menores viven en situación de pobreza, con millones careciendo de acceso adecuado a la salud, la educación y otros derechos fundamentales. La guerra en diferentes partes del mundo sigue siendo una amenaza constante para la infancia, recordándonos la importancia de proteger sus derechos en todo momento.
Una Responsabilidad Compartida
El Día del Niño no es solo una jornada de celebración, sino un recordatorio de nuestra responsabilidad como adultos de garantizar un futuro seguro y prometedor para las generaciones venideras. Es deber de políticos, empresarios y la sociedad en su conjunto trabajar para crear un entorno donde los niños puedan desarrollarse libremente y alcanzar su máximo potencial.
El Día del Niño puede haber tenido un origen marcado por los horrores de la guerra, pero es nuestra responsabilidad asegurar que los derechos de los niños sean respetados y protegidos en todo momento, recordando siempre que su interés superior debe ser nuestra prioridad.