La tensión en la Universidad de Columbia, en Nueva York, alcanzó un punto crítico este lunes, luego de que las negociaciones con los organizadores de la protesta propalestina terminaran en fracaso. La institución emitió un ultimátum, exigiendo a los estudiantes acampados dispersarse voluntariamente antes de las 2 de la tarde (hora local).
A pesar de la amenaza de sanciones académicas y una posible intervención policial, los estudiantes, en una votación casi unánime, optaron por desobedecer la orden. La presidenta de la universidad, Minouche Shafik, lamentó el desenlace de las negociaciones y expresó que están explorando alternativas para resolver la crisis.
En medio de la disputa, Shafik afirmó que la Universidad de Columbia no desinvertirá en Israel, una de las demandas clave de los organizadores de la protesta. Sin embargo, se comprometió a acelerar la revisión de las propuestas estudiantiles relacionadas con la inversión socialmente responsable y a mejorar la transparencia sobre las participaciones de la institución.
La presidenta también destacó el impacto negativo de la protesta en la comunidad judía de la universidad, describiendo un ambiente poco acogedor para estudiantes y profesores judíos. Además, señaló que la agitación en torno a la institución ha afectado negativamente a eventos como la próxima ceremonia de graduación.
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