Al momento de preparar pollo crudo, muchos consumidores se debaten entre lavarlo o no. El instinto de eliminar posibles impurezas parece ser la opción más lógica, pero ¿es realmente seguro? Aquí te explicamos por qué este hábito podría poner en riesgo tu salud y la de tus seres queridos.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el pollo crudo está frecuentemente contaminado con bacterias peligrosas como Campylobacter, Salmonella, y Clostridium perfringens. Estas bacterias pueden provocar enfermedades transmitidas por alimentos, más comúnmente conocidas como intoxicaciones alimentarias.
Médicos expertos advierten que lavar el pollo crudo es un error grave, ya que esto puede esparcir las bacterias, como la Salmonella, por la cocina y otros utensilios, aumentando el riesgo de contaminación cruzada. El Dr. Héctor Rosette explica que este fenómeno ocurre cuando los microorganismos presentes en el pollo crudo se transfieren a otros alimentos, incluso a aquellos que no requieren cocción posterior.
La Agencia de Normas Alimentarias de Inglaterra alerta que lavar el pollo crudo puede convertir la cocina en un caldo de cultivo para la bacteria campylobacter, causante de enfermedades gastrointestinales.
Entonces, ¿cuál es la mejor manera de garantizar la seguridad alimentaria al cocinar pollo crudo? Los expertos coinciden en que la cocción es el método más efectivo para eliminar bacterias y prevenir enfermedades. Se recomienda cocinar el pollo a una temperatura interna mínima de 74°C para garantizar su seguridad.
Un estudio revela que incluso después de lavar el fregadero, una de cada siete personas aún tenía microbios presentes en su cocina. Por lo tanto, si decides lavar el pollo, sigue estas precauciones:
- Deja correr el agua suavemente sobre el pollo para reducir las salpicaduras.
- Limpia inmediatamente el fregadero y todas las superficies con agua caliente y jabón, desinfectándolas por completo.
- Lávate las manos durante al menos 20 segundos y lava todos los utensilios que hayan estado en contacto con el pollo crudo.
- Utiliza una tabla de cortar diferente exclusivamente para el pollo crudo.
- Nunca coloques alimentos cocidos ni productos frescos sobre superficies que hayan estado en contacto con pollo crudo.
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