La histórica ciudad de Jerusalén enfrenta un período de silencio y desolación mientras se recupera de los estragos causados por la reciente escalada de violencia entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza. El conflicto ha tenido un impacto devastador en el turismo y el comercio, afectando profundamente la vida cotidiana de sus habitantes.
En las calles de la antigua ciudad de Jerusalén, se puede sentir el vacío causado por la ausencia de peregrinos y turistas, especialmente notorio en lugares emblemáticos como la Vía Dolorosa. Las tiendas cerradas y la escasez de visitantes son un triste recordatorio del impacto económico y social de la violencia.
El chef propietario del restaurante Roods, cerca de la entrada principal de la ciudad amurallada, lamenta la falta de clientes debido a la violencia desencadenada por Hamás. El bullicio y la vitalidad que solían caracterizar a Jerusalén han sido reemplazados por un silencio inquietante.
La disminución en el flujo de visitantes ha golpeado duramente a los aproximadamente 800 negocios locales, que ya estaban luchando por recuperarse de las pérdidas causadas por la pandemia de COVID-19. Los recientes ataques terroristas y la respuesta militar de Israel han exacerbado aún más la situación, erosionando la sensación de seguridad en la ciudad y ahuyentando a los turistas.
Incluso lugares sagrados como el Muro de los Lamentos y la Basílica del Santo Sepulcro, que solían atraer a multitudes de fieles y peregrinos, ahora están notablemente desiertos. La falta de visitantes ha dejado a muchos sectores relacionados con el turismo en una situación precaria, desde guías turísticos hasta dueños de restaurantes y empleados de hoteles.
Las estadísticas revelan la magnitud del impacto: en febrero pasado, solo llegaron a Israel alrededor de 67,500 turistas, una disminución del 80% en comparación con el mismo período del año anterior. Esta dramática caída en el turismo ha afectado a toda la cadena de servicios turísticos, desde aerolíneas hasta pequeños comerciantes locales.
El futuro de Jerusalén como destino turístico y centro comercial sigue siendo incierto en medio de la incertidumbre y la inestabilidad causadas por el conflicto en Oriente Medio.