OJ Simpson, icónico exjugador de fútbol americano, ha fallecido a los 76 años a causa del cáncer de próstata que padecía.
El ex running back de los Buffalo Bills fue uno de los jugadores más destacados en la historia de la National Football League (NFL). Su paso por los Southern California Trojans en la universidad lo catapultó a la fama, ganando el Trofeo Heisman en 1968, un galardón que reconoce al mejor jugador colegial de fútbol americano en Estados Unidos.
Con los Buffalo Bills, Simpson alcanzó numerosos hitos, incluyendo ser el primer jugador en superar las 2,000 yardas en una sola temporada en 1973, lo que le valió el título de Jugador Más Valioso de la NFL ese año. Su talento lo llevó a participar en seis Pro Bowls y a ingresar en el Salón de la Fama de la NFL en 1985.
Sin embargo, la vida de Simpson estuvo marcada por la polémica, especialmente por el sonado juicio por el doble asesinato de su exesposa, Nicole Brown Simpson, y su amigo, Ron Goldman, en los años 90. Aunque fue absuelto en el juicio penal en 1995, el caso dejó una sombra permanente sobre su reputación.
El juicio de Simpson dividió a la opinión pública estadounidense y se convirtió en un símbolo de los debates sobre racismo en la sociedad. A pesar de ser absuelto en el juicio penal, fue encontrado responsable en un juicio civil y condenado a pagar una cuantiosa suma por daños.
Posteriormente, Simpson se vio envuelto en problemas legales adicionales, siendo arrestado en 2007 por diversos delitos y condenado a prisión en 2008. Tras cumplir parte de su condena, fue liberado bajo libertad condicional en 2017.