En las campañas electorales contemporáneas, las encuestas falsas han emergido como un fenómeno cada vez más recurrente, alimentado por las redes sociales
Diferentes tipos de encuestas fraudulentas han venido a la luz, desde el uso de la marca de consultoras reconocidas con datos ficticios hasta la creación de entidades ficticias.
A través de la historia
Históricamente, las encuestas falsas han sido una táctica empleada por políticos y asesores, bajo la suposición, aunque no completamente probada, de que la divulgación de resultados puede influir en los resultados electorales.
Sin embargo, en los últimos años, con la ascendencia de las redes sociales en los diálogos políticos, este fenómeno ha alcanzado nuevas alturas.
¿Qué dicen los expertos?
Según expertos en mercado y opinión pública, la propagación de encuestas falsas en los escenarios mediáticos ha aumentado significativamente. Francisco Abundis, director de Parametría, señaló que México enfrenta actualmente una crisis sin precedentes en este ámbito, mientras que paradójicamente, las encuestas profesionales disfrutan de una credibilidad notable entre los actores políticos del país.
Abundis expresó preocupación por la falta de un seguimiento riguroso en el cumplimiento de normas metodológicas para la publicación de encuestas, lo que ha generado una situación caótica. En este sentido, las mismas empresas encuestadoras que antes se resistían a la regulación ahora abogan por normativas que pongan orden en el panorama desordenado generado por las encuestas falsas en las redes sociales.
En algunos países, las regulaciones solo se aplican a las encuestas publicadas por medios de comunicación convencionales, dejando un vacío regulatorio en el mundo digital. Esto ha permitido la proliferación de información sin fundamento en plataformas como Facebook o WhatsApp, donde la obligación de cumplir con estándares metodológicos es inexistente.
Paulina Valenzuela, directora de la Asociación de Investigadores de Mercado y Opinión Pública de Chile, destacó el potencial de la inteligencia artificial para generar encuestas falsas con resultados consistentes en cuestión de minutos.
Este fenómeno se ve exacerbado por las restricciones temporales impuestas a la publicación de encuestas en algunos países antes de las elecciones, lo que puede indirectamente fomentar la divulgación irregular de encuestas falsas.
Identificación y tipología de encuestas falsas
En un reciente encuentro de expertos en opinión pública organizado por Wapor, se discutió sobre las diversas formas y características de las encuestas falsas, con la participación de encuestadores de México, Chile, Argentina, Brasil y Perú. Cada país presenta realidades distintas, marcadas por regulaciones particulares que influyen en la variedad de formas que adoptan estas prácticas engañosas.
Una de las modalidades más comunes es la apropiación de la marca de encuestadoras respetadas para fabricar encuestas ficticias. Este método implica la invención de encuestas bajo el nombre de una consultora consolidada, que luego se difunden en redes sociales o incluso en material impreso.
Marcia Cavallari, CEO de Ipec y ex directora de Ibope en Brasil, compartió un ejemplo donde durante las elecciones municipales, se utilizaron el logo y los formatos de presentación de resultados de su empresa para divulgar información falsa en folletos.
Otro patrón identificado es el de la “consultora golondrina”, caracterizada por la llegada repentina de una encuestadora extranjera con credenciales desconocidas al mercado local.
Durante la campaña electoral, esta entidad publica encuestas regularmente, que son utilizadas por los equipos de campaña de ciertos candidatos y hasta llegan a los medios de comunicación. Sin embargo, una vez concluidas las elecciones, esta consultora desaparece del escenario local.
Además, se destacan los sondeos realizados sin una base metodológica sólida, a menudo a través de plataformas digitales como Facebook o Instagram. A pesar de carecer de rigurosidad metodológica, estos sondeos se presentan como encuestas reales. Francisco Abundis lamentó la situación en México, donde un diario publica a diario niveles de aprobación presidencial basados en encuestas de Facebook.
Lauro Mercado, director de Mercaei en México, ofreció consejos para detectar encuestas falsas, como verificar si fueron reportadas al Instituto Nacional Electoral, como lo exige la regulación, y buscar la presencia de una nota metodológica. Además, destacó que discrepancias significativas respecto a otros datos pueden indicar falsedad, aunque esta detección puede ser difícil.
En México, a pesar de la identificación de encuestas falsas, la falta de regulaciones efectivas no conlleva consecuencias. La ausencia de penalizaciones o leyes que prohíban la publicación de encuestas inventadas crea un entorno propicio para la proliferación de estas prácticas engañosas.
Deep Fakes: la amenaza de la desinformación
En la era digital, la desinformación ha alcanzado niveles sin precedentes, con la proliferación de diversas formas de engaño que van desde encuestas falsas hasta deep fakes. Estas prácticas no solo distorsionan la realidad, sino que también socavan la confianza en la información verídica y amenazan la integridad de los procesos democráticos.
Las encuestas falsas, como hemos discutido anteriormente, son herramientas utilizadas para manipular la percepción pública y afectar el resultado de las elecciones. Al presentar datos ficticios como verdaderos, los actores políticos intentan moldear la opinión de los votantes y crear una narrativa favorable a sus intereses.
Este fenómeno no solo se limita a los estudios de opinión, sino que se extiende a la difusión de datos falsos en las redes sociales y otros medios de comunicación.
Por otro lado, los deep fakes representan una amenaza aún más sofisticada. Estas son manipulaciones digitales que utilizan inteligencia artificial para crear vídeos o audios falsos que son casi indistinguibles de los originales.
El propósito de los deep fakes puede variar desde la difamación de figuras públicas hasta la manipulación de discursos políticos para sembrar la discordia y la desconfianza en la sociedad.
El objetivo detrás de estas prácticas es claro: influir en la opinión pública y socavar la confianza en las instituciones democráticas. Al crear percepciones falsas y distorsionar la realidad, aquellos que promueven la desinformación buscan debilitar la base misma de la democracia: la capacidad de los ciudadanos para tomar decisiones informadas.
En respuesta a esta creciente amenaza, es crucial fortalecer la alfabetización mediática y digital de la población, así como desarrollar herramientas tecnológicas para detectar y combatir la desinformación. Además, se requiere una mayor colaboración entre gobiernos, empresas de tecnología, medios de comunicación y sociedad civil para abordar este desafío de manera integral.
En última instancia, proteger la integridad de la información y preservar la confianza en los procesos democráticos requerirá un esfuerzo conjunto y coordinado en todos los niveles de la sociedad. Solo así podremos enfrentar eficazmente la amenaza de la desinformación y defender los principios fundamentales de la democracia.
¿Qué efectos generan las encuestas falsas en las Campañas Electorales?
El surgimiento de encuestas falsas en el ámbito político responde, en gran medida, a la creencia arraigada entre los líderes políticos de que los estudios de opinión pública influyen en las decisiones de voto. Maximiliano Aguiar, presidente de la Asociación Argentina de Consultores Políticos, examinó este aspecto destacando varios elementos a considerar en el proceso de influencia de estas encuestas.
Pero la tasa de rechazo sólo podrían tener algún impacto si superara 80%, pues significaría que prácticamente se tuvo que reconstruir la muestra y, aún así, habría que evaluarlo, considera Gerardo Maldonado, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Para estas elecciones, las encuestadoras reportaron ante el Instituto Nacional Electoral (INE) una tasa de rechazo que oscila entre el 27% y el 60.4%. Los especialistas aseguran que estos números no invalidan los resultados. Maldonado explica que las tasas de no respuesta mayores a 70% u 80% podrían generar sesgos. Sin embargo, esa cifra es casi el doble a la que se registra en promedio durante este proceso, aproximadamente 43.5%.
En primer lugar, se debe analizar si el individuo estuvo expuesto a los resultados de la encuesta, si le prestó atención y si realmente le dio credibilidad a lo que indicaba la misma. Sin embargo, un estudio realizado en Chile reveló que el 54% de los encuestados manifestó no tener confianza alguna en los resultados de las encuestas.
Aguiar también resaltó el papel de la interpretación que realiza el ciudadano respecto a estas encuestas. Señaló que, para que estas tengan algún efecto en el electorado, se debe recorrer un largo camino desde su publicación hasta su impacto en las decisiones de voto.
Sin embargo, donde sí pueden ejercer influencia es en la agenda mediática y en la construcción del ciclo informativo en función de los resultados de las encuestas, así como en los participantes de una campaña electoral. Aguiar destacó cómo estas encuestas pueden influir en la motivación y el compromiso de la militancia política, así como en las estrategias de los partidos durante la campaña.
Desafíos del INE
El reglamento establecido por el Instituto Nacional Electoral (INE) en México dicta que junto a los resultados de las encuestas se deben publicar tanto el número de personas que no respondieron, ya sea porque no votarán o porque no han decidido por quién votar, así como las tasas de rechazo.
Sin embargo, según señala Javier Márquez, socio fundador del agregador de encuestas Oraculus, la ambigüedad en la definición de “tasas de rechazo” en el reglamento del INE puede generar confusión. Esto se debe a que este término puede referirse tanto al número de personas que no fueron contactadas como a aquellos que se negaron a responder.
Márquez enfatiza en la necesidad de que el INE clarifique específicamente cómo se debe calcular la tasa de no respuesta para que sea comparable y distinta de la tasa de rechazo. Esta clarificación ayudaría a garantizar la transparencia y la coherencia en la presentación de los datos de las encuestas.
En cuanto a cómo completar las muestras de las encuestas, se emplean tres métodos cuando no se puede contactar a los seleccionados, estos rechazan contestar o las encuestas quedan incompletas. Una de las estrategias utilizadas es la sustitución de entrevistas, donde las encuestadoras realizan entrevistas a personas con características similares a las seleccionadas inicialmente.
Gerardo Maldonado explica que las encuestas realizadas “puerta a puerta” son efectivas para reducir las tasas de rechazo, ya que permiten aplicar métodos de sustitución. Por ejemplo, al no obtener respuesta en una casa, se puede proceder a la casa vecina, manteniendo condiciones similares a las de la muestra original y asegurando la aleatoriedad en la selección de los encuestados.
La interpretación de estos datos y métodos utilizados en las encuestas electorales plantea desafíos importantes, que requieren una mayor claridad por parte de las autoridades electorales y una cuidadosa consideración por parte de los analistas y el público en general.
Fuentes: Quadratín, Infobae
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