La única manera de mantener vivo el pasado es creando recuerdos colectivos de todos los lugares que visitamos en el pasado. La CDMX está en constante transformación, lo que implica que algunos espacios de nuestra infancia desaparecieron. Sin embargo, podemos revivirlos a través de la memoria.
El Gigante: El Coloso de la Ciudad
Mucho antes de las grandes cadenas de supermercados, en 1962, nació Gigante en Mixcoac, siendo la tienda más grande de América Latina. Con sus 65 departamentos y característico logo rojo “G”, marcó una era. Lamentablemente, en 2008, la gigante empresa se declaró en bancarrota, dejando tras de sí una nostalgia comercial.
El Parnaso: Café y Libros en Coyoacán
Ubicada a un costado de la Plaza de los Coyotes, El Parnaso fue más que una librería. Abierta en 1980, se convirtió en un símbolo de la bohemia e intelectualidad de Coyoacán. Sus estantes rebosantes de libros y el aroma a café recién hecho dejaron una marca imborrable en los corazones literarios de los chilangos.
Parque Acuático La Ola: Diversión en Chapultepec
En la década de los 90, los niños disfrutaban del verano en La Ola, un parque acuático de 10,500 metros cuadrados en Chapultepec. Con olas artificiales, toboganes desafiantes y un río “salvaje”, La Ola fue el paraíso acuático de la ciudad. Sin embargo, en 2008 cerró sus puertas, dejando solo un vasto terreno abandonado, un testamento al pasado.
El Patio: La Época Dorada de los Clubes Nocturnos
Antes de las terrazas y los antros modernos, estaba “El Patio”, un club nocturno donde los artistas ofrecían espectáculos íntimos. Con el tiempo, la ciudad cambió su forma de diversión, y estos lugares emblemáticos desaparecieron. Aunque cerró sus puertas, su legado resuena en los recuerdos de aquellos que alguna vez disfrutaron de la vida nocturna en sus instalaciones.
¿Recuerdas Alguno?
La transformación constante de la CDMX ha cobrado sus peajes, llevándose consigo lugares que una vez fueron el escenario de nuestras memorias. Comparte con nosotros aquellos sitios que aún persisten en tu memoria, para desbloquear juntos esos recuerdos de una ciudad en constante evolución.