El trágico incidente ocurrió en el pintoresco barrio residencial de Achumani, al sur de La Paz, donde las aguas desbordadas del río arrasaron con todo a su paso. Las intensas lluvias, concentradas en la cabecera de los ríos, desencadenaron olas de hasta 7 metros de altura, destruyendo muros, viviendas y calles en su furia incontenible.
Las autoridades locales informaron el hallazgo de un cadáver, probablemente arrastrado por la corriente a una distancia impactante de aproximadamente mil metros.
La vulnerabilidad de La Paz ante las lluvias se evidencia por su ubicación geográfica, en una gran hoyada donde convergen numerosos ríos descendientes de las montañas circundantes.
Los equipos de rescate se movilizan rápidamente para evacuar a los afectados y proporcionar asistencia humanitaria, mientras que las autoridades locales trabajan incansablemente para restablecer la normalidad en las zonas afectadas.
La alerta roja declarada por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) refleja la gravedad de la situación no solo en La Paz, sino también en otras regiones del país, como el departamento amazónico de Pando, donde las inundaciones han obligado a la evacuación de familias enteras.