La escasez de agua en México ha alcanzado proporciones alarmantes, afectando a millones de personas en todo el país, desde la bulliciosa Ciudad de México hasta las zonas metropolitanas y rurales. Esta preocupante situación demanda atención inmediata y soluciones efectivas.
La falta de acceso al agua potable se ha convertido en una amenaza creciente, exacerbada por el aumento del consumo, que se disparó un 30% durante la pandemia. Además, la deficiente infraestructura ha provocado la pérdida del 40% del agua debido a fugas en la red.
La situación se agrava con la regulación insuficiente de las opciones comerciales de acceso al agua, lo que ha llevado a México a liderar el consumo mundial de agua embotellada por habitante, planteando serias preocupaciones sobre la calidad consumida.
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El senador Ricardo Monreal Ávila ha lanzado una advertencia sobre la inminente crisis del agua que enfrentará México para mediados de 2024. Monreal destaca que las 75 zonas metropolitanas del país sufrirán sed, racionamiento y tandeo debido a la sequía, agravada por el cambio climático.
Ante esta crisis inminente, el Gobierno mexicano, a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), está tomando medidas urgentes. Destinará una inversión significativa de 93.550 millones de pesos en quince proyectos hídricos prioritarios, que incluyen la construcción de presas, acueductos y distritos de riego, con el objetivo de abordar la sequía y la escasez de agua en diversas regiones del país.
La crisis del agua en México es un problema complejo que requiere una gestión sostenible a largo plazo y la inversión continua en infraestructura.
La conciencia pública sobre la importancia de conservar este recurso vital es fundamental. Además, la colaboración internacional es crucial para enfrentar los desafíos a nivel global y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.