Un considerable grupo de ejidatarios ha provocado una paralización significativa en la autopista México-Puebla, específicamente en el tramo conocido como Arco Norte, cerca de Texmelucan. Desde la tarde del lunes 19 de febrero, y avanzando hacia la mañana del martes 20, las vías han sido objeto de un bloqueo que ha generado un caos vial de proporciones considerables, afectando a miles de automovilistas que se dirigían hacia la Ciudad de México.
El origen de esta manifestación se sitúa en Calpulalpan, Tlaxcala, donde ejidatarios de tres estados diferentes – Tlaxcala, Hidalgo y el Estado de México – se han congregado para expresar sus demandas. La protesta ha cerrado la vialidad con dirección a la capital del país, específicamente en el kilómetro 182 del Arco Norte.
Esta situación no solo ha alterado los planes de viaje de innumerables personas, sino que también ha puesto de manifiesto la complejidad de gestionar el tráfico en uno de los corredores más importantes del país. La autopista México-Puebla es una arteria vital para el transporte y la logística, y su interrupción tiene repercusiones directas en la economía local y regional.
Ante el desafío de restablecer el flujo vehicular, la Guardia Nacional ha intervenido, implementando desvíos estratégicos en el puente de Huejotzingo hacia el bulevar aeropuerto. Esta medida busca ofrecer una alternativa a los conductores para continuar su camino por la carretera federal, aunque no sin antes enfrentar las demoras provocadas por el bloqueo.
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