Cerca de 40 mil devotos iniciaron una jornada espiritual desde Toluca hacia la emblemática Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. Este viaje, que abarca más de 80 kilómetros, se realiza durante tres días, marcando una tradición que ha unido corazones y voluntades por 86 años.
La peregrinación comenzó bajo el cielo de Toluca, donde los fieles se congregaron para recibir la bendición del “buen viaje” en la catedral local. El arzobispo auxiliar Maximino Martínez Miranda compartió una homilía conmovedora, instando a los presentes a renunciar a la violencia y buscar la reintegración de aquellos que han caído en caminos de delincuencia. Este llamado no solo es un mensaje de fe sino también un poderoso recordatorio de la capacidad de cambio y redención en la sociedad.
La ruta de esta peregrinación lleva a los devotos por paisajes que son tanto desafiantes como inspiradores. El primer día, los peregrinos recorren el Paseo Tollocan hasta San Mateo Atenco, donde hacen una pausa para alimentarse y reponer fuerzas. Luego, el camino los lleva paralelo a la autopista Toluca-México, hasta llegar a Ocoyoacac, con el destino de La Marquesa esperándolos para un merecido descanso.
Al amanecer, con el Valle del Columpio como telón de fondo, los peregrinos retoman su marcha hacia la Basílica de Guadalupe, enfrentando el frío que oscila entre 1 y 3 grados. Vestidos con sarapes, cobijas y abrigos, y portando trajes autóctonos e imágenes de la Virgen, cada paso que dan está impregnado de oraciones por la salud, la paz y el bienestar económico de sus familias y comunidades.
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