1De acuerdo con especialistas en el ramo veterinario, cada vez son más las personas que deciden agregar un gato al núcleo familiar, como lo demuestra la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (Enbiare) 2021, realizada por el INEGI, que estima que 16.2 millones de gatos tienen el estatus de animales de compañía. A manera de homenaje a estos felinos, se estableció el 20 de febrero como fecha para celebrar su amor y presencia incondicional, pero también para vigilar su salud de forma preventiva y detectar a tiempo cualquier enfermedad.
En cuanto al incremento de familias que optan por compartir su espacio con un gato, podría deberse a cierta “independencia” que muestran hacia su tutor, a los espacios reducidos en las casas (ya que los felinos se adaptan mejor que los perros) e incluso a la desmitificación de relatos que existían en torno a la figura gatuna, considera el Dr. Fausto Reyes Delgado, Director Médico de Hospital Veterinario UNAM-Banfield.
Existen mitos como el de que los gatos deben reproducirse para poder tener una vida plena, o el que sugiere que no se deben tener gatos en hogares donde viven mujeres, ya que se cree que el pelo de los gatos las puede dejar estériles. Otra ficción es que perros y gatos no se llevan bien, que son enemigos desde hace muchísimo tiempo. En este punto, el especialista veterinario señala que “esto se encuentra fuera de toda realidad, ya que el ser humano, como el pensante en estas relaciones, es el indicado para poder romper estos mitos. Como médicos veterinarios, es común el ver en la clínica a propietarios que llevan a sus mascotas a revisión, y la sorpresa más grata es ver a perros y gatos conviviendo sin problema alguno. Pero, en definitiva, se necesita paciencia y tiempo”.
¿Y la salud?
Más allá de las fantasías que rodean a los gatos, los médicos veterinarios identifican entre la población enfermedades comunes como la diabetes, la obesidad, el sobrepeso, el sida felino, la leucemia felina y la cistitis idiopática felina. Esta última es un padecimiento doloroso y potencialmente mortal (si no se atiende a tiempo) que engloba una serie de desórdenes relacionados con la afección de la uretra o la vejiga de los gatos, cuyos indicios pueden ser difíciles de detectar en la etapa inicial. De ahí la importancia de llevar a la mascota, al menos dos veces al año a revisión para contar con un historial médico que facilite un diagnóstico certero.
La diabetes felina se manifiesta con mayor frecuencia en gatos con sobrepeso y/o en ejemplares gerontes. El padecimiento se desarrolla cuando el organismo no puede regular correctamente el nivel de azúcar (glucosa) en su torrente sanguíneo. Los signos clásicos de esta enfermedad son tomar mucha agua y orinar mucho (poliuria y polidipsia), comer mucho (polifagia) y bajar de peso (pérdida de peso) es por eso por lo que a estos signos se les conoce como las 4 “pes” de la diabetes mellitus. Además, se pueden observar signos de infecciones de vías urinarias y piel recurrentes, pelo en mal estado, apoyo de los miembros pélvicos como si fueran conejos. La realización de pruebas de laboratorio ayuda a un diagnóstico de esta enfermedad y el que se pueda iniciar un manejo médico de forma adecuada y rápida.
Respecto al sobrepeso y la obesidad, el Dr. Reyes Delgado detalla que son problemas relacionados con la nutrición en gatos que viven al 100% con una familia. Esto incide directamente en las articulaciones de extremidades torácicas, pélvicas y la columna vertebral, ocasionando una degeneración más rápida y la manifestación de dolor intolerable debido a un proceso de artritis. Además, dificulta la respiración, lo que puede provocar ronquidos mientras duerme. Otro padecimiento es el hígado graso (esto es más común en gatos que en perros), ya que el órgano debe trabajar a marchas forzadas para controlar la cantidad de grasa en el organismo, poniendo en grave riesgo la salud del ejemplar.
El sida felino es causado por el Virus de la Inmunodeficiencia Felina (VIF), similar al VIH que causa el SIDA en los humanos. Se transmite por el contacto directo por tiempo prolongado, con la sangre, saliva y otros fluidos corporales de un gato infectado. Los signos incluyen pérdida de peso, fiebre, vómitos, diarrea, infecciones recurrentes, problemas de piel y respiratorios, y pueden tardar años en manifestarse, variando de un ejemplar a otro.
Leucemia felina es una enfermedad infecciosa, contagiosa y crónica provocada por el virus FeLV. Se transmite por la saliva, orina y heces fecales, produciendo inmunodeficiencia y ciertos tumores, que pueden llevar a la muerte a nuestros compañeros, en caso de adquirir un gato nuevo ya sea por adopción, regalo o compra, se debe realizar la prueba de descarte de esta enfermedad y si en casa ya contamos con un gato y está libre de esta enfermedad, antes de considerar meter otro gato a casa, el nuevo candidato debe permanecer en cuarentena y habérsele realizado la prueba de diagnóstico, así evitaremos el contagio de nuestro o nuestros gatos residentes.
Estas enfermedades son las más comunes en los gatos. Por ello, en su día, se debe tomar conciencia de la responsabilidad que implica su permanencia en el núcleo familiar. Con la ayuda del médico veterinario es posible bridarle una salud adecuada mediante revisiones, vacunas y estudios contemplados en distintos planes de previsión, lo que se reflejará en una óptima calidad de vida, aconseja el Dr. Fausto Reyes Delgado.