En los asesinatos a buscadores, organizaciones y activistas acusan desdén y descoordinación de las autoridades y una violenta respuesta del crimen organizado
Ellas y ellos dicen que con sus picos y palas solo quieren encontrar a sus desaparecidos, que no buscan venganza, ya ni siquiera justicia, solo a los suyos, pero lo cierto es que con su labor están llegando más allá de donde llega el propio Estado, están tocando intereses y exponiendo formas de violencia y de delitos, sin la protección adecuada por parte de las autoridades, el resultado es que los están matando y desapareciendo.
Las agresiones en su contra se han disparado en los últimos años. La entidad más mortífera para ellos es Guanajuato, con cinco casos. El año más letal fue 2022, con seis casos. Pero este 2024 arranca mal, ya se han suscitado el homicidio de dos buscadores y el secuestro de otra más. Son muchas más agresiones de las que se han presentado en un año entero en el pasado. documentó, basándose en información del proyecto A dónde van los desaparecidos, de la investigadora Gabriela Belauzarán y del rastreo de notas periodísticas, los casos de los buscadores y buscadoras asesinados en los últimos tres sexenios, y encontró que en el actual, de Andrés Manuel López Obrador, estos suman ya 15, casi el doble de los ocho registrados en las dos pasadas administraciones federales.
Frente a todo esto, buscadoras y buscadores han optado por redoblar las acciones para bajar riesgos; de hecho, Peralta les hace un llamado a todos sus compañeros para que sigan lo protocolos y no salgan a las búsquedas sin las autoridades.
La buscadora remarca que no entiende por qué el crimen organizado no quiere ver que matarlos es matar la oportunidad de que ellos un día puedan volver a casa, “porque cuando alguien desaparece, primero recurren los familiares a las madres buscadoras que a las propias autoridades”.