La violencia en el noviazgo, también relacionada a la violencia doméstica, es un problema serio que afecta a muchas personas en el mundo, especialmente a mujeres en relaciones heterosexuales. Se ha visto que 1 de cada 3 mujeres experimenta algún tipo de violencia por su pareja.
Por ello, es necesario estar al tanto de qué es la violencia en el noviazgo y conocer las distintas formas en las que se puede presentar. Muchas veces aparece de manera sutil y no es fácil notarlo. En este artículo te contaremos lo que necesitas saber al respecto.
¿Qué es la violencia en el noviazgo?
La violencia o maltrato en el noviazgo consiste en distintas técnicas utilizadas para tener control y poder sobre la otra persona. La violencia en el noviazgo es una agresión física, psicológica, sexual e incluso moral hacía la pareja con el fin de obtener un control sobre ella o él
Es importante saber que la violencia en el noviazgo no siempre es evidente y no solo es física. Existen distintos tipos de violencia, algunos de ellos son:
Física: Se refiere a cualquier conducta que genera algún daño físico (ej. golpear). También incluye limitar las necesidades físicas (comida, sueño u hogar).
Sexual. Se refiere a cualquier intento de que la persona participe en actos sexuales no consensuados.
Verbal. Se refiere al uso de palabras para amenazar, culpar, minimizar, insultar, etc.
Psicológica: Se refiere a las acciones que generan daño psicológico. Por ejemplo. generar miedo, intimidar, asilar, culpar excesivamente, humillar, retirar el amor como castigo
Ejemplos de violencia en el noviazgo:
Insultos
Amenazas
Celos
Impedimento de ver a tus amigos o familiares
Prohibir formas de vestir
Prohibir formas de actuar
Violencia física: golpes, patadas, incluso lesiones más graves
Violencia psicológica: criticar opiniones, humillaciones en público, despreciar o minimizar los sentimientos de tu pareja, burlarse sobre sus gustos o intereses
Causas de la violencia en el noviazgo:
Los factores que influyen en la violencia son diversos, no existe una causa única. Es importante recalcar que las acciones de la víctima nunca causan el comportamiento violento. No es posible “hacer” que alguien se comporte de manera violenta, la responsabilidad siempre es de quien perpetra de violencia.
Según diversos estudios apuntan a que las posibles causas de la violencia en el noviazgo pueden ser:
Consumo de drogas o bebidas alcohólicas
Problemas de salud mental: depresión, trastornos bipolares, etc.
Desigualdad en la pareja ya sean económicas, edad o educativas
Antecedentes de violencia familiar
Incapacidad de controlar sus emociones
Expectativas poco realistas sobre su relación o pareja
Falta de comunicación en la pareja
Entorno laboral, social e incluso familiar
Por otro lado, las investigaciones demuestran que hay algunos factores subyacentes que pueden contribuir a que una persona sea violenta. Algunos de estos son el haber experimentado trauma en la infancia, el haber sido testigo de violencia doméstica en la infancia y el tener ciertas creencias en torno a la jerarquía y poder.
Otros factores pueden ser los problemas de manejo de ira, el abuso de sustancias, actitudes culturales y ciertas ideas en torno al género.
Sin embargo, ninguno de estas causas mencionadas son justificación para que la persona ejerza violencia, ya que en principio no es sano y todas las personas deberían tener relaciones saludables.
¿Cómo comienza la violencia en el noviazgo?
Por lo general, el comportamiento violento inicia de manera sutil y gradual. Inicialmente no suele ser obvio que la persona es violenta, incluso la relación puede parecer bastante buena.
Sin embargo, con el tiempo es posible que el agresor vaya alejando a la víctima de su círculo y que vayan iniciando ciertas conductas agresivas. Estas pueden ser, por ejemplo, mostrar agresividad después de un mal día, al tener mucho estrés o justificarlo por estar atravesando una época complicada.
Este cambio en la relación, al darse de manera gradual, puede hacer que sea complicado para la víctima percibir que se encuentra en una relación violenta. Asimismo, este tipo de relaciones no son violentas todo el tiempo, sino presentan dinámicas complejas que dificultan que la víctima deje la relación.
La violencia en el noviazgo es una problemática que debe de atenderse de manera urgente en el país, ya que se encuentra normalizada principalmente entre los jóvenes, quienes acuden menos a una institución para solicitar ayuda, de acuerdo con la secretaria de Proyectos Estratégicos del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alma Patricia Piñones Vázquez.
La investigadora señala que tres de cada 10 jóvenes reportan sufrir violencia en el noviazgo. La más frecuente es la psicológica, seguida de la sexual y, luego, la física.
En México, agrega, siete de cada 10 mujeres de 15 años o más afirmaron haber sufrido alguna vulneración física o sexual por su pareja, pero solo 13.6 por ciento acudió a una institución o autoridad a buscar ayuda, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
Aunque es necesario sancionar estas agresiones, considera que es importante sobretodo prevenirla y más cuando se refiere a jóvenes, con quienes se pueden llevar a cabo múltiples estrategias para que no ocurra.
Señales de alerta de una relación no sana
Estas son algunas señales de alerta de una relación poco sana:
Faltas de respeto frecuentes. Se burla de las opiniones, intereses y pertenencias de la pareja.
Tendencia controladora. Trata de controlar qué hace la pareja, qué ropa utiliza o con qué personas pasa el tiempo.
Hostilidad frecuente. Se enoja de manera frecuente y la pareja cambia su conducta para evitar estas situaciones.
Experimentar miedo. La pareja siente miedo de hacer algo que pueda enojar al otro y generar conflicto.
Aislamiento. Con el tiempo aísla a la pareja de sus seres queridos, hasta que es la única persona cercana.
Celos y posesividad. Hay muchos celos en torno a otras personas, acusaciones de infidelidad y control constante.
Hipersensibilidad. La persona ve todo como un ataque personal, busca peleas, saca las situaciones de proporción y nunca se sabe qué lo puede enojar.
Desregulación del enojo. Durante las peleas tiende a gritar, romper cosas, restringir el movimiento de la pareja, etc.
Estas son algunas conductas que desafortunadamente están sumamente normalizadas como parte de las relaciones románticas.
Es necesario reconocer que son señales de que la relación no está siendo sana y que se debe de poner límites y hacer cambios.